Txetxu Barandiarán publica en Con Valor dos post interesantísimos donde pone al día diversas cuestiones sobre el ebook: Los nuevos soportes -1 y Los nuevos soportes -2. Coincidimos en las preguntas que se realiza y en la no visibilidad de los soportes para ebook, en Buenos Aires. Hace unos años, a comienzos de este siglo viaje a USA y literalmente me sumergí en casas de electrónica buscando un ebook. En el año 2000 los vendedores me miraban azorados y solo algunos me ofertaban conseguirmelo a pedido. Como Txetxu jamás ví un usuario de soporte ebook, (sí de palm en diversas versiones). De todos modos el centro de la cuestión esta en las preguntas que se realiza y que a años de haber comenzado la divulgación de libros en soporte electrónico, parecen no saldarse: (más…)
Parece que todos andamos buscando el arte de escribir en los blogs en la literatura clásica, y no esta mal porque muchos “consejos” aún irónicos valen para transcribirlos ínter géneros. Esta semana anduve revisando al inmenso Chandler en la recopilación “El simple arte de matar”, el epilogo donde da cuenta el modo escribir para novelas policiales. Veo que Juliana en Ciberescrituras, recorre también los “clásicos” en 16 consejos borgianos sobre cómo NO escribir. En sú visita a Buenos Aires los vientos de Borges la han tomado.
Vía Boing Boing leo Free download of Neil Gaiman’s American Gods. Comentan que los editores del libro han puesto una versión en línea con tantas dificultades de carga al ser fotos de cada pagina, que el intento de abrirse a la doble posibilidad de pago en la versión papel y gratis en
“Sin embargo, creo que Harper Collins tiene este mal.. Se ha puesto el texto de los Dioses de América en un formato que las cargas de fotos de las páginas del libro impreso, una página a la vez, con ninguna facilidad para leer fuera de línea. … Creo que podemos estar bastante seguros de que nadie leerá esta versión en lugar de comprar el libro impreso – pero eso es sólo porque prácticamente nadie va a leer esta versión, y punto.”
Leo en Barrapunto y en 20 minutos un trabajo de sobre ecuaciones diferenciales para predecir la evolución ideológica y el comportamiento psicosocial:
“Los parámetros planteados por Villanueva pueden influir en la evolución de la ideología de grupos sociales y que contemplan aspectos como la publicidad, la propaganda, la repercusión mediática, el liderazgo de un tipo de mensaje… “Estudiando los cambios en los valores de los parámetros podemos predecir los diversos escenarios ideológicos de una sociedad en un futuro cercano”, asegura el investigador…”
Barrapunto recuerda el concepto de psicohistoria de Asimov que
Todos sueñan con el control social hasta los más progresistas.
Leo en el documentalista enredado El futuro inimaginado del libro electrónico, donde reflexionan sobre Amazon y el Kindle.
Dentro del texto una frase sorprende por su honestidad brutal:
“Pero es significativo que Apple no esté interesada (todavía) en el mundo del libro. Steve Jobs no teme a Kindle como competencia, supuesta, qued éste pueda ofrecer a sus productos. Según su criterio, el Kindle reproduce textos en cuatro animados tonos de gris, y lo hace bien. Sin embargo, cuando se pregunta a Jobs qué opina del dispositivo, deja claro su menosprecio por el sector de los libros. “No importa lo bueno o malo que sea el producto; el hecho es que la gente ya no lee”, espeta. “Un 40% de los estadounidenses leyeron un libro o menos el año pasado”.
En días que se habla del canon en España y aquí. Tiempos donde un modelo de negocios de la industria discográfica genera los últimos estertores, uno siempre se pregunta por el arte que ya no se comercializa como son todos aquellos grupos musicales de rock argentino, que forman parte de la historia, pero que hoy no venden y no se reeditan. Es allí donde
¿Delito? Desde la lógica de vender solo la novedad y los catálogos de los mas vendibles posiblemente si. Desde pensar que la industria no tiene reflejos para hacer el mismo trabajo que este sitio, y vender a bajísimo precio lo que no están vendiendo, no es delito sino abandono del patrimonio cultural.
En el sistema actual los músicos no ganan de obras que no están en venta ni se reproducen por las radios. O piensan un modelo de recuperación de estas obras o bajan los años para la liberación a dominio público.
Cuando fui a comprar el diario al kiosco habitual de los veranos en Mar del Plata, me encontré con una cantidad inmensa de libros usados, incluso colocados en una biblioteca pequeña en el kiosco. No pregunte por el dueño de esos libros, sino fui conociéndolo al recorrer con la vista los lomos de los libros. Nuestros libros hablan más de nosotros que nuestros amigos más íntimos. Debo reconocer una sensación agridulce mientras oteaba por los títulos. Una hipótesis me surge rápido el dueño murió y los herederos no comparten su pasión por los libros. El hombre era sin duda un arquitecto, por la proliferación de libros de arquitectura y de arte. Lector de clásicos y de poesía e incursionador en temas de filosofía. Sin embargo abierto a las nuevas tendencias de su época. Lomos amarillos y colecciones históricas habitan este pequeño escenario atiborrado de libros, que hoy conviven con las revistas de actualidad y los diarios.
El joven que atiende el kiosco me aclara los precios 2 , 3, 4 y 10 depende del libro. Una primera mirada mercantil, me demuestra que los valores han sido puestos en la primera hoja, en relación al tamaño del libro. El joven desconoce el contenido, que se exhibe casi obscenamente a menos de 3 dólares. Para aclararme el panorama me avisa que si llevo muchos el precio baja. Sigue su oferta mostrandome colecciones de cd, “en buen estado” donde en la pila de adivina la novena sinfonía y algún Malher .
Me alejo del kiosco habiendo comprado la primera edición de “Por art”, de Oscar Massota y prometiendo volver. De hecho había llevado dinero solo para el diario y con monedas complete la compra, debiendo algunas. Me lo dio igual, se notaba el apuro de sacarse de encima todos esos “molestos libros viejos”, que ocupaban lugar en la geografía de su kiosco. O quizás un trabajo lento pero eficaz del olvidar al dueño de la colección, que insiste en vivir en las letras adquiridas, en las marcas de sus lecturas.