Políticas de las tics o el viejo perro con distinta cola

Leyendo a Jordi Adell, que por cierto ha participado en alguna de mis clases, el no lo sabe, porque lo “invitamos” pasando un video de Google videos, me encuentro con una reflexión muy lucida sobre la incorporación de las tics en España. En Políticas TIC en educación: ¿un viaje a ninguna parte? nos remite a escenarios tan conocidos por los docentes argentinos, que termine de leer y dije me siento como en casa.

Un párrafo ilustra toda la idea del artículo:

“…educación es más un escenario de lucha ideológico-partidista, trufado de intereses económicos y en el que la racionalidad no es un requisito, que una prioridad nacional. Y cada comunidad autónoma tiene su propio “Plan TIC”, en general, completamente ajeno al de otras comunidades.No parece claro, por ejemplo, por qué modelo de equipamiento se apuesta: aulas informáticas, ordenadores en el aula, Tablets PC o portátiles para cada alumno/a (¿es una evolución?). Ni qué implica la “integración en el currículum” de las TIC: en la legislación se ha definido una competencia digital básica que luego apenas se refleja ni en los contenidos ni en los criterios de evaluación. Hay comunidades que apuestan fuertemente por el software libre (eso si, cada una con su propia distribución) y otras que solo usan software privativo. Tampoco sabemos si la Administración apuesta por materiales libres estandarizados (el Proyecto Agrega) o por los futuros “libros de texto digitales” comerciales de las editoriales de siempre, que, por su parte, tampoco tienen claro cuál es su modelo de negocio en el mundo digital…”

Siempre hemos señalado que la incorporación de la tecnología en la educación no ha partido de una demanda transformadora del modelo industrialista de educación, sino de mera presión del mercado. No es el campo educativo el que ha dicho, cambiemos estas currícula , analizando que podemos hacer mejor con tecnología, sino traigan la tecnología y después vemos.

No hay un “con que” sin un “para que” y solo quedan como en España, algunos buenos proyectos, pero si una mirada global del real papel de la tics.

La revolución de los medios sociales

En el caparazón Dreig publicó Socialnomics, el vídeo, el libro, la reflexión: cómo los socialmedia nos transforman. Vale la pena recorrer todo ese artículo incluiido este  video que publicamos por aquí

Mismo barrio: dos bares, dos actitudes ante la tecnología

La situación que voy a narrar podría se anecdótica pero también un indicador de cómo piensan los usos de la tecnología los dueños de bares.
Junto al club Imperio Juniors, el Villa del Parque, ciudad de Buenos Aires, hace unas semanas, se abrió un bar. Ayer entro a tomar un café y saco mi notebook. Al rato el hijo del dueño me llama y me explica que no están permitidas las notebook, azorado le pregunto el motivo, y me explica, que los adolescentes del club viene y se quedan jugando y no consumen lo suficiente. Le señalo, que no solo estoy consumiendo, sino que el tiempo que insumo, es quizás el mismos que usaría leyendo el diario, o un libro, diario que ellos facilitan, no hay caso me dice con cara de jurista, si es para uno es para todos las norma. Amablemente y sin terminar el café, le pago y agrego que han perdido un cliente. Camino 3 cuadras y me voy al Ciro bar, un bar tradicional de Villa del Parque, sin lujos, las mesas aún son de los años 80, pero su dueño no solo ha instalado una wifi, sino que en uno de los laterales del bar que da a la calle Magariño Cervantes , sobre todas las mesas, en las paredes hay extensiones de enchufes para las notebook.
En ambos casos se trata de bares de barrio pero con una diferencia, uno de ellos, nuevo, con plasma y panadería anexada, es viejo, piensa la clientela como del año 30, mientras que el otro, es antiguo, tradicional pero esta ubicado en el mundo, en las necesidades, no de todos, quizás de algunos clientes, pero pensando en todos. Esto también es inclusión.

Uno permite el diario, las revistas, los libros, pero se manifiesta aunque no lo sepa, tecnofóbico, expulsivo, el otro no teoriza sobre redes sociales, ni su dueño ni los mozos no deben conocer demasiado de tecnología, pero una vez más como en educación, el cambio pasa por la actitud.