tecnología, educación y subjetividad

¿Se puede leer sin haber leído?

Vía Libro de Notas llego a Puente aéreo en Lecturas superficiales y de las otras donde Gustavo Faverón Patriau se plantea la dificultad de leer sin leer las tramas textuales que han dado forma a un escritor:

¿Cuánto puede disfrutar de Auster quien no ha leído a Borges, y de Borges quien no conoce a Homero, a Shakespeare, a Coleridge, o quien ignora a Chesterton, a Kipling, a De Quincey? ¿Cómo puede intentar una comprensión abarcadora de Vargas Llosa quien desconoce a Flaubert, a Victor Hugo, a Tolstoi? ¿Hasta qué punto puede decir que comprendió los mecanismos de Bolaño quien no leyó a José Bianco o los de Caicedo quien no leyó a Cortázar o los de Vila-Matas quien no leyó a Pérec?…”

“Hay una diferencia notable entre un buen lector y un observador de superficies, y no hay buen escritor que no sea un buen lector. Cada obra literaria de importancia, como quería Borges, es siempre una reescritura, una inscripción en la tradición y a su vez una reforma de ella..”

Yo extendería el concepto a la problemática que vivimos en la Universidad donde el alumno con complicidad del docente reduce la complejidad de un texto, al cual en la mayoría de los casos accedió mediante una fotocopia del capitulo y creé alcanzar una nivel conceptual cuando en realidad como señala Benbenaste, es la incomprensión de la misma noción de concepto, donde un concepto jamás puede pensarse aislado sino en un entramado de conceptos. La lectura aislada es solo una ilusión. Un barniz que se pone sobre una superficie y que condena al aislamiento y fuerza a un cierre donde debería haber una apertura a la intertextualidad.

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5 comentarios to “¿Se puede leer sin haber leído?”

  1. Naxos dice:

    Pues si el tema vale en literatura, que en realidad no es tan grave precisamente porque como tal está alimentada por esos lectores de superficie, que no buscan empalmar planos textuales o tradiciones y estilos, sino arremolinarse en el placer del simple leer y de estar sumergido en el encantamiento de la lectura, si vale pues para ella afortiori vale para filosofía, donde cada obra apela a una tradición discursiva a una serie de encadenacmientos académicos y de citaciones, alusiones y demás configuraciones que hace escuela y que dibujan un panorama conceptual, todo un paisaje histórico ontológico. Desde este punto de vista, la queja del autor que traes a colación es un tano risible, y suena como la queja de “es una lástima que no todos puedan arremolinarse en el placer de leer a fulanito o perenganito como yo lo hago con sutanito y agapito”.

    saludos

  2. […] ¿Se puede leer sin haber leído? […]

  3. Adhiero a la advertencia que menciona Neri sobre los “textos compactos” reducidos a una mera enunciación de conceptos, “despejados” de todo tipo de desarrollo, contextualidad o ejemplificación y devienen también de la oferta editorial de libros de texto escolares destinados a la población infantil y juvenil en pleno crecimiento y desarrollo intelectual generando evidentes dificultades en las primeras experiencias de estudio. Esta característica (extensión temática reducida al máximo) constituye un aspecto propicio para su elección como libro de cabecera, dado que admite (hipotéticamente) su abordaje total a lo largo del año lectivo. Pocos docentes advierten previamente la dificultad que presenta la comprensión de sus textos comprimidos hasta que ya resulta irremediable, pues están en pleno uso. Pocos asumen, con acciones pedagógicas de enmienda, el trabajo extra y verdaderamente arduo que implica abrir dichos textos. Por ello los estudiantes, carentes de conocimientos previos para rellenar los vacíos existentes, no logran comprender y por ende aprender.
    Creo que la experiencia lectora de un individuo aporta significados a nuevas lecturas, enriqueciendo la percepción del mensaje. La diversidad de títulos y géneros aumenta su receptividad por la sensibilidad que desarrolla al reconocer la característica de los estilos de escritura, giros expresivos, estética y otros ingredientes propios de cada autor o tipo de texto.
    Sin duda, lectores inquietos responden a la curiosidad que un autor logra despertar respecto a alusiones a otros títulos o escritores (no son hipertextos?). Se transita así, una ruta en el recorrido por comprender más, entender o/y disfrutar y retroalimentar la lectura.
    El placer por leer.

    Bueno… es un punto de vista más respecto al tema de la lectura y la comprensión…
    Saludos.
    Paula.

  4. Gaspar dice:

    Creo que la intertextualidad o hipertextualidad es uno de los mayores encantamientos de la literatura y de leer… aunque no sea tan simple. Es un tema al que Gerard Genette le dedica todo un libro: Palimpsestos. Y es especialmente sugestivo lo que en ese libro dice casi al final.
    “Se cumple la utopía borgeana de una Literatura en transfusión perpetua -perfusión transtextual- constantemente presente a sí misma en su totalidad y como Totalidad, en la que todos los autores no son más que uno, y en la que todos los libros son un vasto Libro, un solo libro infinito. La hipertextualidad no es más que uno de los nombres de esta circulación de los textos sin la que la literatura no valdría ni una hora la pena”.

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