Los medios de prensa y el caso de abuso de menores

Raramente almuerzo en casa, el miércoles fue una excepción y pude ver desde el inicio en los noticieros un caso que ha conmovido a la ciudadanía y en particular a los psicólogos. La primera noticia hablaban de una banda de pedófilos lideradas por un psicólogo. Lo primero que pensé “hay tantos”, pero a los pocos minutos aparecía el nombre. Se trataba de Jorge Corsi,  director de la maestría en violencia familiar de la facultad de psicología. Si bien no he cursado ni dado clases en esa especialización, es sabido que es la facultad en la que estudié, dicto clases y soy miembro del consejo por el claustro de profesores. Estupor es quizás la palabra para sintetizar los largos minutos que me dejaron congelado frente a una televisión que no paraba de dar y dar más datos.

A partir de allí y luego de comunicarme con colegas en el mismo estado de shock por lo aberrante del caso, observe como los medios encontraban un tema e iban por todo. Mostraban las contradicciones entre una foja de antecedentes ejemplar y una vida que iba en sentido contrario. Pero querían más, fueron a la facultad a entrevistar preguntando sobre el perfil psicológico, sobre cómo no nos habíamos dado cuenta, sobre que íbamos a hacer, entrevistaban a alumnos de postgrado y estos al enterarse, apelaban a la negación:

En el claustro académico anoche el clima se presentaba enrarecido. Sus alumnos no quisieron pronunciarse públicamente sobre su situación y algunos atribuyeron a “una sucia operación política” las acusaciones que pesan sobre Corsi. “Nadie lo puede creer, él es una persona con un férreo compromiso con su profesión. Creemos que hay intereses para perjudicarlo”, dijo una de sus estudiantes de posgrado, que se negó a identificarse. “Esta es la clásica forma de poner en tela de juicio la seriedad de esta carrera y la forma de encararla”, agregó otra estudiante que, al igual que el resto de sus compañeros, vio pospuesta su fecha de examen de ayer. Con las clases suspendidas, los estudiantes se atrincheraron en el aula y con manifiesta hostilidad se negaron a hablar con LA NACION. Sólo mencionaron que Corsi “como docente es excelente y muy respetado”. Y agregaron: “Todos queremos que estas versiones no sean ciertas”.

El diario Critica de Buenos Aires, titulaba “Shock en el mundo psi” (ver edición en pdf), allí. Jorge Garaventa*  *Psicólogo especialista en abuso sexual infantil, hace una reflexión interesante:

Con la misma severidad que exigimos a la Justicia que trabaje cada vez que hay una denuncia sobre abuso sexual infantil, debemos hacernos cargo de que uno de los principales referentes académicos en la materia está hoy comprometido judicialmente. Portamos la misma sorpresa y pulsión de desmentida que se suele apoderar de los allegados a cualquier abusador. Pretendemos mágicamente que no sea cierto y el “no puede ser” se apodera de nuestro raciocinio para pasar a imaginar innobles maniobras que hayan actuado de cebo para hacer caer en una trampa al colega sospechado de abuso y violación de menores.

Y agrega

Siempre dijimos que el abuso sexual ocurre en todos los ámbitos, que es el más transversal de los delitos, y sobre todo que un abusador tranquilamente puede ser el más bondadoso, cálido y confiable de nuestros convivientes. Los recovecos de su psiquis se traducen en una personalidad insospechada de aquello que puede cometer. Hay que seguir avanzando en técnicas de detección, pero hasta hoy todo indica que no hay forma cierta de establecer un perfil del abusador.

Los medios pretendían que la facultad tomara medidas que no le correspondían, más allá de separar provisionalmente del cargo de postgrado hasta que la justicia se pronuncie (que es en realidad un contrato, dado que ya hace años que Jorge Corsi no es profesor de la facultad en el grado de donde se fue después de perder un concurso.)

Pero los medios necesitan de la noticia y fueron a buscarla, sin miramientos, sin distinciones, poniendo a todos en la misma bolsa y sobre todo creando un manto de sospechas sobre la actividad de colegas, si no vean los comentarios de la gente ante la noticia en el diario La nación es sólo un ejemplo de cómo se toma la noticia. Por mi parte no hay renegación pero sí respeto a la justicia, que cuando juzgue lo haga ejemplarmente, no porque se trate de un psicólogo, sino de un abusador, que están en muchos lados, que buscan jóvenes vulnerables, lo han vivido muchas instituciones, entre ellas y en muchos casos la iglesia.

Lo que uno pide es que las acciones de una persona no invaliden un campo de trabajo como es el de la violencia familiar y la violencia sexual. Porque en esa desvalorización del trabajo terapéutico y preventivo, los primeros que van a alentar su desprestigio son los pedófilos.