tecnología, educación y subjetividad

Kant: escritura y levedad en los blog

Vía la Bitácora de Aníbal de la Torre llego a un experimento de lectura por demás interesante. En el blog Bouleris su autor publica bajo el titulo de Un experimento con bitácoras el texto ¿Qué es la ilustración?. Al finalizar el texto densamente conceptual, el autor agrega: “Lo que acabas de leer es el texto kantiano Respuesta a la pregunta: ¿qué es Ilustración?. Probablemente muy pocos lectores hayan llegado hasta el final de esta anotación. Su contenido filosófico es mucho más valioso que cualquier cosa que hayas leido antes en esta misma bitácora. Sin embargo, es muy probable que esta sea una de las entradas menos leidas. En el mundo de la filosofía, este texto es un opúsculo. Sin embargo, me temo que en el mundo de las bitácoras sea un texto demasiado largo. ¿Tienen cabida estos textos en las bitácoras? ¿Qué condiciones o características deben cumplir los contenidos educativos para aparecer en una bitácora? ¿Son igualmente aplicables a todos los niveles educativos? ¿Potencian la lectura y la difusión de contenidos culturales y educativos a la vez que les imponen un formato determinado? ¿Qué te ha pasado por la cabeza a medida que leías esta obrita kantiana? ¿Te parecía demasiado larga como para aparecer en una bitácora? ¿Qué reflexiones alrededor del potencial educativo de las bitácoras se podrían realizar? Si has llegado hasta el final, te agradecería mucho que me dieras tus impresiones sobre alguna de estas preguntas. ¡Muchas gracias!”.

Este experimento abre la pregunta de hasta donde es posible profundizar un texto, en las condiciones actuales de la escritura en los blog. En realidad es una pregunta que hace años me hago a diario en el campo educativo. He sido formado con la lectura de originales para después acceder a los comentarios, aportes, críticas. Mientras que el alumnado actual es una combinación de falta de lecturas y de profesores que se rinden ante esto, abordan temas desde una mirada critica, cercenando el camino que los propios críticos han realizado para aportar una nueva mirada. Este fenómeno creo que se repite en la web y tambien tenemos nuestras excusas (tanto escritores como lectores):

1) La pantalla no esta hecha para leer grandes textos

2) Es preferible sintetizar a desarrollar

3) No hay interés en los grandes pensadores nacidos antes que nazca el lector.

    4) La brevedad es un valor que se ve afectado por la extensión

5) Extensión y textos profundos no son bien vistos en el manual del blogger

Posiblemente sea cierto, quizás estemos heredando lógicas para sitios comerciales, pero lo cierto es que lo complejo es complejo por la cantidad de conceptos que une, y aun con las mejores didácticas, no es reducible a meros avisos publicitarios. Es un problema a abordar en la escritura de lo blog y en las aulas, por eso me pareció muy valido este experimento y me recordó a Boudier en el texto sobre la televisión donde afirmaba que el medio televisivo pretendía en 3 minutos sintetizar la complejidad de una idea, por eso el decía que solo aceptaba entrevistas de media hora y si cortes. Siempre queda la posibilidad del pdf que una un buen resumen y la continuidad para quien tenga interés.

Share and Enjoy: These icons link to social bookmarking sites where readers can share and discover new web pages.
  • MisterWong
  • Y!GG
  • Webnews
  • Digg
  • del.icio.us
  • StumbleUpon
  • Reddit
Share

2 comentarios to “Kant: escritura y levedad en los blog”

  1. karpicius dice:

    Hola Carlos:
    Bueno aca el experto en contenidos sos vos, pero me interesan dos cositas que creo a mi modo de ver se desprenden. Lo primero es que, a la pregunta de si ¿es la obra demasiado larga?, yo contestaría algo asi como, “si es larga, ¿probaste usar hipervínculos?”. Porque bueno, de eso se trata la web, de meta información, de hipervínculos, de referencias, de marcado semántico, de riquieza de contenidos, etc, etc.
    Pero me parece que aún el paradigma del impreso, ese paradigma de reproducir en la web, la cosa gráfica, eso de presentar textos de tres kilómetros, es y va a seguir siendo un sin sentido. Creo que aún no hemos aprendido a vivir y a descubrir la web, los blogs, seguimos pensando en el libro, como soporte, y por otro lado seguimos discutiendo si es HTML o XHTML, y siquiera aplicamos bien el primero.
    Bueno esto es algo que yo veo asi y es verdad no estoy descubriendo la polvora y el tema da para muchísimo mas, porque , todo esta relacionado con todo.
    Me parece que la pobreza de contenidos en un blog pasa por varias cosas, y desde mi postura me uso de ejemplo, no saber resumir, falta de base literaria, falta de conocimientos específicos sobre temas que se discúten a veces, aplicar mal los textos al medio.
    No se por ahi me fui mucho por las ramas, pero sentía que lo que se estaba discutiendo era si corresponde o no, y me parecio ver que algo, en el fondo, era que estamos y seguimos, aplicando mal los soportes a los contenidos.
    Un abrazo y si me despluman, no me enojo.-

  2. Todos escribimos, algo, cositas.
    Todos mas o menos leemos, algo.
    Algunos damos clases.
    Juan me decía, solo enseñamos lo que no sabemos.
    Si solo enseñamos lo que no sabemos, escribimos de lo que soñamos o lo que podemos.
    En el caso de algunos de nosotros que caemos indemnes al lenguaje en sí, se pierde la perspectiva y el lenguaje en sí, independientemente de su valor de significación, tiene un valor apasionantemente bello.
    El caso más acabado de esto son los que estudian gramática y variación sintática.
    A mi me gusta mucho la semántica.
    Me gusta pensar al lenguaje como un instrumento complicado, tan inapropiado, que se encuentra con las pulsiones básicas que se encarnan en el cuerpo y se manifiestan en un intento de comunicación, condicionado por estos impulsos afectivos, si se quiere sexuales, que necesitan trascender el sentido del mismo cuerpo erotizado y encarnan una función simbólica.
    Esto es una excusa para poder reflexionar sobre el uso del lenguaje en sí, el Estado, el inconsciente, y siempre alguna otra cosita que se filtra.
    Me gusta pensar que me dedico a estudiar el aspecto subjetivo de la ciencia, es como pensar una ontología que nos permita dar cuenta de cómo una subjetividad histórica, contingente, objetiva concretamente las cosas.
    Acá hay mucho las palabras y las cosas.
    Todos dicen que les gusta Foucault.
    En las palabras y las cosas, en toda su obra, pero especialmente en las palabras y las cosas, uno –particularmente yo- se pregunta a que género corresponde lo que estamos leyendo.
    En buena parte el proceso de interpretación, una clave de decodificación se denuncia en el género en que el texto está escrito.
    Pero esa marca no se deja leer con facilidad, o simplemente está muy clara.
    Se puede deber a que aún no tenemos una categría para designar, clasificar –a partir de los criterios de repetición y diferencia- esa singularidad que se nos presenta en forma de texto, que evoca ciertas continuidades pero presenta muchas más rupturas, haciendolo al mismo tiempo más enigmático.
    Todo esto, lo de Foucault, para evocar ese gusto por la escritura y entender que las formas son contingentes y producto de una subjetividad particular.
    Esto es, la verdad se puede mostrar de distintas formas.
    La verdad, aquí lo podemos tomar muy laxamente, no me quiero meter con la “verdad”, sino más bien contar con una categoría para operar, para poder hablar de lo bello, de la adecuación, según un sistema particular de creencias que se funda en una subjetividad determinada.
    Esto me permite pensar que solo hay una sola cosa que escribir.
    No que la escritura tenga una sola forma.
    Que solo yo tengo una manera de escribir.
    Esto tiene que ver con la verdad.
    Esto no significa que yo tenga la veradad.
    Por el contrario, si hay algo que yo no tengo es la verdad, aunque esto mismo represente una verdad en sí misma.
    Me gusta pensar la escritura más en un sentido filológico.
    Independientemente del género o la naturaleza del texto, es un material escrito, de manera que antes de estar atados a las leyes de su género, lo están a las leyes de la escritura.
    Acá tiene que ver más Derrida.
    El tipo escribe sobre la escritura, pero además escribe como un hijo de puta.
    No se puede creer lo que escribe ese tipo.
    Hace un trabajo de reescritura sobre Cicerón, Karl Schmitt y Freud: juntos.
    Un Titán de la escritura.
    Cuando vos lees Derrida te dan ganas de poder escribir así.
    Agarrar un tema, un autor, un enunciado, y poder escribir sobre eso de manera tan espléndida, con tanta originalidad, y aún así mantener el vínculo con ese otro texto, manteniendo su espíritu; o más que espíritu, hasta su misma materialidad, como puede ser el caso de nuestra escritura fonética que guarda en ella el sonido –acaso la escucha- del habla.
    Pero acá estamos.
    Leemos, algo, algunas veces, aunque nos gusta leer más de lo que realmente leemos.
    Pasa como cuando te casás, te amesetás, y entrás en las rutinas y dejas de prestar atención a los pequeños detalles que hace que eso que haces valga la pena.
    Pero si hay amor, esas cosas se sobreponen.
    El verdadero acto de amor está más bien en la escritura que en la lectura.
    La escritura se fundamente en otra escritura previa.
    La escritura es al mismo tiempo eso, regularidad, un sistema, que aunque se preste a infinitas variaciones, las reglas son finitas.
    Aquí se confundem muy bien –para mi- por momentos, el lenguaje y la escritura.
    Fantástica fansinación, trabajo de transferencia, el de confundir lo leido, lo escrito, lo propio, lo ajeno.
    Es difícil, confuso, pero es la manera que tenemos para presentar claridad.
    Ya es un trabajo dialéctico, dialógico, en el que se determine el significado de manera compartida.

    Saludos,

    Ric.

Leave a Reply

Powered by Wordpress | Designed by Elegant Themes