tecnología, educación y subjetividad

Lo que se hereda no se hurta

Carlos me invitó a escribir en Moebius sabiendo que el tema que se estaba desarrollando en los últimos post es de sumo interés para mí. Allí recordé que hace unos años, para el día del niño, escribí unas líneas que anudaban el amor por la lectura y el legado paterno. Esa fue mi historia de aprendizaje de la lectura muy alejada, por cierto, de las estrategias didácticas sobre la lectoescritura. Carlos y Juliana en este hilvanado de textos y subjetividad tocan brillantemente muchos puntos que creo son claves para pensar la educación. Lo que más rescato es cómo cada vez que estamos frente a un apasionado por los textos esto se enlaza con el orden familiar o transferencial de alguna figura significativa que marca y deja herencia. Marca como también dejan marcas las letras en nuestra historia, quizás por eso desconfío de las campañas de promoción de la lectura o de los talleres para que los alumnos aprendan a comprender lo que leen. Muchas de estas estrategias me suenan como esos libros de autoayuda que orientan pero que no generan nada más que fórmulas lejanas a la singularidad subjetiva. En todo caso creo que se estimula el ejercicio calificado de alumno y nada más. La lectura cuando atrapa está muy lejos de eso y por eso es vínculo con la letra y con los otros. Para los que quieran conocer una historia más de cómo se generó un lector pueden leerlo en: Editando Lo digital

Para terminar de confirmar mi hipótesis cada noche me sonrío frente a mi hija de cinco años que guarda bajo su almohada libros, hojas en blanco y lápices para escribir. Como diría mi abuela castellana: “lo que se hereda no se hurta”.

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2 comentarios to “Lo que se hereda no se hurta”

  1. Juliana dice:

    Hola! Qué hermoso, Diana, lo que escribes. Es totalmente así, por eso mi relato de los libros que mi abuelo compró y que sirvieron de cuna a mi tío. Para mi abuela era una enfermedad esa obsesión de correr el riesgo de pasar hambre pero poder leer a Goethe o Shiller, por ejemplo, pero para él era un impulso irrefrenable. Y ya que hablas de historias alejadas de las estrategias didácticas tradicionales, si algo no puedo olvidar un solo día es que la pasión autodidacta de mi abuelo paterno fue la que le permitió, gracias a una biografía sobre Bolívar escrita en el instituto de Venezuela en Praga conseguir el salvoconducto para huir de la muerte con su esposa y sus dos hijos. Del lado materno historias parecidas con el bisabuelo alemán que corrió el riesgo de ser el primer editor de Brecht. La apuesta por los libros y por la lectura es una apuesta por la libertad y la pluralidad y allí estoy totalmente de acuerdo con el rechazo a los dogmatismos docentes. No es a través del deber sino del placer que descubrimos la pasión por la lectura.
    Gracias infinitas por reconectarme con el tema de la herencia, la frase de Freud es contundente: habrá que conquistar para poseer y, sobre todo, transmitir.
    Un abrazo

  2. popu_cba dice:

    Lo que se hereda ni lo que ha sido legado ha sido ganado legitimamente.
    La frase de Freud es contundente: habrá que conquistar para poseer y,
    sobre todo, transmitir.
    En la sociedad de hoy en que cualquier mediocre hereda algo que no conquistó, las únicas poseciones válidas son las cognoscitivas, aún así viciadas de algunos beneficios para el estudio que da el poderío económico.
    saludos perdón por tornar el tema para cualquier parte.

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