La fotografía digital y la identidad en tiempos líquidos
En otras oportunidades he hecho referencia a los procesos subjetivos que acarrean los cambios tecnológicos. Cada tecnología representa una época y surge en concordancia con los tiempos sociales. La fotografía no es ajena a estos procesos y el cambio hacia las maquinas digitales, está mostrando un cambio en el modo de uso, que representa también los modos de subjetivación de estos tiempos.
La fotografía hogareña durante el siglo XX funciono como testimonio. Como registro de hechos vividos. Prematuramente la empresa Kodak, capto esto en 1888 al lanzar la primera cámara que vendía a 25 dólares, y permitía sacar 100 fotos. La cámara se recargaba por 10 dólares. Para las personas la fotografía represento una cuestión de identidad que podríamos resumir en Yo estuve allí=soy yo. Testimonio de vida, que luego integraba un álbum y era exhibido a los visitantes del hogar, que invariablemente se convertía en un ritual que por cortesía uno soportaba, pero que sin dudas tenia un componente de aburrimiento, dado que testimoniaba lo vivido por otro.
La fotografía digital en las nuevas generaciones, en cualquiera de los formatos, pero en teléfonos celulares, con una tendencia mayor, parece mostrar otro tipo de subjetividad. No solo se trata de captar el momento sino inmediatamente distribuirlo, enviarlo. Parece que en concordancia con estos tiempos líquidos, ningún momento se diferencia del otro y la fotografía sale quizás del yo estuve=yo soy, para pasar al yo estoy=estoy siendo.
En tiempo de aceleración de la mercancía y de identidades fragmentadas, el yo parece tener una necesidad de confirmación en tiempo real.
PD: La fotografía que acompaña fue tomada por mí frente a espejos enfrentados y trabajada en forma digital.
Hace días que querá comentar algo a este post porque se relaciona con uno que escribí a raíz de unas declaraciones de Fontcubertas acá en Caracas. Cuando hablaba en fotógrafo español de que la fotografía, tal como la hemos conocido hasta ahora estaba feneciendo, podía entenderlo desde el punto de vista de la tecnología. El hablaba de los ritos alrededor de la toma de la fotografía, el revelado en el cuarto oscuro y se refería a él como a un momento iniciático, mistérico, alquímico. Lo que escribes, introduce elementos que demuestran que, tambien en la fotografía, los grandes protagonistas no son sólo los fotógrafos como privilegiados profesionales, poseedores de la técnica, sino que ahora, al igual como está pasando con el periodismo, todos estamos en capacidad de tomar una fotografía, registrar con una imagen lo que está ocurriendo. Las velocidades en las que ese registro del “estoy siendo” ocurren, es pasmosa, y quizás esa es una de las cosas que ha Fontcubertas le hace hablar con un dejo de nostalgia (y de temor).
En términos de lo que significa la construcción del yo, que es el tema que introduces, es un signo de nuestros tiempos y que se aplica no solamente a la imagen sino a los textos. A mi permanentemente me hacen chistes porque, si tengo una reunión por ejemplo, y estoy retrasada, voy comunicando por el celular, mi recorrido. Me muevo, me cuento, me re-lato. La conjunción de ambos lenguajes será cada vez más importante y más extendido, hasta el punto que no nos damos cuenta de que permanentemente estamos narrando. Ya cuando llegamos al blog es tiempo pasado.
Por otro lado estaría el tema de la impostura, de la recreación, de la reelaboración, de la “manipulación” de la imagen que tanto teme Fontcubertas y ¿qué mejor ejemplo que tu propia foto de los espejos? ¿Dónde esta Carlos en la imagen?, ¿quién es ese Carlos: ese otro que eres tú, fuiste tú pero que ahora, cada vez más, se desdibuja en la intervención digital de la imagen?. Pero eso ya toca el tema del reconocimiento y la representatividad que nos llevaría por otros caminos.
Gracias Juliana por el rico comentario. Con respecto a lo que señalas son temas que dicto en mis clases sobre el pasaje de la imagen a la imagen digital. Las trasparencias que uso en ella están en: http://slideshare.net/cmn46/escribiendo-con-luz .
Allí recorro el camino de la imagen hasta las imágenes sintéticas y sin cámaras.
Dos frases quizás aportan a la discusión:
• “Comunicar por medio de máquinas es producir, almacenar y distribuir simulacros para corregir desequilibrios” Jacques Perriault
• Coincidimos sin dudar con “Si lo digital no hubiera seguido siendo más que una servil prótesis calculatoria, la informática no sería esta deriva de los continentes, esta refundación geológica que nos incumbe a todos estemos donde estemos, cualquiera sea la solidez de nuestras tomas de posición y la autoridad de nuestros ancestros. Según ritmos diversos, todas las formaciones sociales viven las primeras sacudidas de una revolución industrial y urbana sin precedentes, donde se pone en juego nada menos que el reemplazo de la naturaleza por la información (Deleuze); y en última instancia, la recomposición de las grandes matrices culturales memoria, comunicación, saber, imaginarios, al romperse el cordón umbilical que las unía a sus soportes y superficies de inscripción Alain Renaud en su Texto publicado en Cahiers du Cinéma 550, octubre de 2000, p48-50 sobre el cambio de soportes:
En ese ppt muestro como históricamente se han producido manipulaciones de las imágenes, una larga tradición en la ex URSS era eliminar a alguien de las fotos, luego que era borrado de la vida pública o asesinado. Tal es el caso de la foto que allí muestro de Stalin con Jeshow, responsable del agua, luego destituido y fusilado.
No alcanzaba con la desaparición física sino también la desalación de la memoria fotográfica.