tecnología, educación y subjetividad

Democracia, socialismo y nacionalismo en la Web por Juliana Boersner

Probablemente éste sea uno de los post que más he tardado en escribir, porque cada día, desde que comencé a darle forma, aparecía algún comentario en la red que le daba nuevos sentidos. Por otro lado, más que post intuyo que podría ser una reflexión que alimente los diálogos que hemos venido sosteniendo acerca de la naturaleza de la web, la tecnología y la blogosfera. Se trata de una reflexión que no parte de mí, sino que es de esas que de alguna manera “está en el aire”. De hecho, como parte de aquello que me inspira está en este espacio, en Moebius, consideré pertinente publicarlo acá.

Las posturas que conozco acerca de internet se mueven en una suerte de contínuo que, irónicamente, es el mismo que encontramos en toda reflexión acerca de la situación mundial: la de la democracia como sinónimo de la libertad y el socialismo como sinónimo del control y la represión. Pero no quiero quedarme en estas categorías, sino, más bien, hacer una revisión somera de tres reflexiones en la blogosfera acerca de la democracia, el socialismo y el nacionalismo en la web.

Internet, democracia y brecha digital

Los primeros días de diciembre del 2006, José Luis Orihuela compartía, a través de slideshare una presentación en la que se preguntaba cúan democrática es la web. Era la exposición que había acompañado a su ponencia en el encuentro y me impactó porque, de entrada dejaba de lado algunos de los prejuicios positivos que pudieran tenerse sobre el internet y que tambien podríamos extender a muchas de sus manifestaciones como la de los mundos virtuales, estilo Second Life.

La comenté en su momento pero lo que más me llamó la atención fue la idea de que el simple acceso (que, de hecho, no es tan simple) a la red no garantiza nuestra visibilidad. No es tanto que escribas, sino que te lean. Si vamos al concepto de que democracia es el gobierno de todos, es obvio que la web NO es democrática y más cuando pensamos que el acceso a ella está mediado por una cantidad de puertas de acceso que van desde la alfabetización tecnológica, hasta el hecho de que la Internet SI está gobernada por un “alguien” que es quien la gerencia y que ese alguien está en los Estados Unidos de Norteamérica. Toda la discusión que ha venido dándose en los últimos años acerca de la neutralidad de la web tiene que ver justamente con esto y Tim Berners Lee es uno de sus principales defensores.

Socialismo del metamundo

Después está el tema del socialismo, que me llega a través de un post de Cristobal Lobo y que él titula Socialismo digital. En él Cristóbal comienza resaltando el hecho de que el mundo virtual ha hecho también de la colaboración un modelo de negocio del que se benefician unos cuantos (De nuevo ¿de qué democracia estamos hablando?). Su reflexión parte de la lectura de un artículo en Business Week y el la cierra con algunas cosas interesantes:

Bueno de estas ideas hemos hablado en tantos y tantos post…, sin embargo nunca había pensado que esta participación virtual o pseudo-democracia mediatizada al “establishment” le resultan mucho más inofensivas que la gestación de acciones concretas y contundentes en el mundo real. (Es mejor una cyber protesta, que la gente se tome las calles). A fin de cuentas, en línea el socialismo digital está bien visto, es cool, todos participan y todo es de todos (como el open source). La Red es un espacio con rasgos bastante isomórficos a la arquitectura del sistema socialista.

Pero en cuanto se apaga la “compu” y volvemos al mundo real (off line) todas esas ideas “progres” de colectividad y colaboración, se disuelven tras un sistema que promueve el consumo y la individualidad. Una vez más regresamos al “individuo colectivo”, este ser esquizofrénico desadaptado e incoherente de la era que nos tocó vivir.

Por supuesto esto nos lleva de nuevo a pensar en los metaverse como Second Life y en lo que llamaríamos el activismo Web. Mucha tela que cortar.

Internet, accesibilidad y muerte de los nacionalismos

La tercera referencia que leí está acá, en Moebius, cuando Carlos comentó acerca de las declaraciones de Nicolás Negroponte en torno a los efectos de la OLPC, y del acceso a Internet por parte de los niños, en general. Rescato, de lo que resaltó Carlos, las últimas frases que dice Negroponte:

Para mí la mayor enfermedad mundial es el nacionalismo y eso es algo con lo que no se nace, es algo que se aprende. Creo que los niños que crezcan con acceso a internet serán inmunes -como una vacuna- al nacionalismo. Eso para mí sería la mayor contribución de la iniciativa.

Por supuesto, él se refiere a SU iniciativa, la OLPC, pero podríamos extenderlo a todos los accesos generales a la web y esto me lleva enseguida a pensar las representaciones que hay en torno a la Internet. Los nacionalismos apuntan, por un lado, a las identidades culturales, ergo, a la formación del sujeto en tanto conectado o formado por una tradición en un espacio determinado; por otro, apuntan a la trascendencia de los límites. ¿Qué marca los límites en la Web? De entrada, para mi, el hecho mismo del acceso a ella o, quizás deba corregirme, no es ella, es la tecnología mediante la cual accedo a ella. Ella, la Web, en si misma, empieza a parecer acepticamente pura, inocente pero, humanos al fín, tenemos que empezar a endilgarle propiedades humanoides…

Aquí ya se me empiezan a nublar los pensamientos o, como decimos acá en Venezuela, “se me enreda la cabuya” y necesito la voz de los otros. Perdonen lo largo, pero da para mucho más; gracias por llegar hasta acá.

¿Seguimos?

Colaborador: Juliana Boersner

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Sin comentarios to “Democracia, socialismo y nacionalismo en la Web por Juliana Boersner”

  1. karpicius dice:

    Como me cuesta este comentario, hay que estar muy finos con lo que expresemos y el post es muy profundo.
    Por mi parte creo en esto del socialismo, y trato de ser en ambos mundos del mismo modo; pero, que dificil es, porque las ideologías me cuestan.
    Como toda expresión humana, como el arte, internet no escapa a esta realidad, creo, y digo, la realidad de los temas que publican los blogs en latinoamérica es bien distinta a los del primer mundo. La brecha digital aca es bien distinta que allá. El nacionalismo nuestro de cada día es bien diferente que el del primer mundo.
    Recuerdo cuando leí lo de Negroponte, me dio una ¿sensación nacionalista?, y no me sentí culpable, ¿o es que siempre nos dan la solución a todos los problemas desde el norte? y debemos aceptarlo.
    No se, a veces es dificil escapar de estas cuestiones, o hay días que nos levantamos con ganas de compartir, generar ideas en común y llevarlas adelante sin otros ánimos que los de ayudar y en muchos casos, como me ha tocado recientemente, mostrar que hay otro mundo que es posible.
    Estos sentimientos tan encontrados, a veces es mejor apartarlos y buscar ser totalmente, o lo más que se pueda, objetivos. No lo creo, nunca me hizo sentir cómodo esto de estandarizar las ideas, esto de marcarlas con un color.
    Cuanto más pensamos, a veces nos enrredamos más y perdemos la razón por la que estamos discutiendo estas cosas.
    Si, puede ser entonces que algunos elijan un color, otros otro, yo puedo sentirme la mayor parte del teimpo un socialista al que le gusta el Open Source, el que se fascina con lo colaborativo, y el que mira con desconfianza las reflexiones de allá que nos dicen como es que estamos y además nos proponen soluciones como espejitos de colores.
    Defiendo la accesibilidad como lo amplio que el concepto es, pero las aplicaciones nunca serán las mismas para todas las realidades. Ser accesibles en el sur, es bien distinto que serlo al norte, desarrollar algo de aca, es bien diferente que usar algo de allá.
    No se, será la gripe, será que el tema es tan amplio que me cuesta unir todo y al final parecer coherente, tal vez tantos modos de ver a la red como personas en ellas.-
    Muy buen post Juliana.
    Saludos a todos

  2. Juliana dice:

    Pensémonos desde el Sur, entonces. Creo que es fundamental lo que apuntas, Alejandro (la gripe parece que afina las ideas) y lo dices como yo no había alcanzado a hacerlo y es fundamental reconocer el lugar desde el cual vemos la realidad. Eso me lleva a pensar que nos hemos visto siempre desde un lugar esquizoide, un lugar otro que se nos ha impuesto como el lugar ideal pero que nos desdibuja.
    Vaya, es de esas intensidades mentales que cuesta sostener; la idea me fascina y me sorprende y da rabia no haberla visto antes, pero es. Mientras no sigamos mirando desde el discurso del otro no lograremos ver hacia adelante, pensarnos distinto. Aca en Venezuela estamos en ese ejercicio y no es fácil pero sí fascinante justamente por la contradicciones que emergen, las resistencias (por ejemplo, con respecto a las cooperativas que poco a poco empiezan a calar).
    Te leo de nuevo (esta vez en tu blog) y añades un nuevo elemento, el de la saturación tecnológica, si conectamos eso con lo que escrbió Carlos en torno a la classmate, seguimos teniendo mucho sobre lo cual escribir.

    Saludos

  3. Diana dice:

    Muy interesante las reflexiones. El tema es sumamente complejo dado que están en juego muchas variables, como por ejemplo el tema del poder o la autoridad, que están ligados al concepto de democracia. Como bien señala Alejandro los desarrollos de la web y los discursos que por ella transitan no tienen todos la misma jerarquía aunque la red se pretenda universal. Con esto quiero decir que depende del lugar desde donde se dice y desde donde un sujeto o un grupo esté parado en esta economía de mercado. La red indudablemente potencia las posibilidades discursivas, de intercambio y producción, pero el tema del acceso y transferencia concreta de lo digital a lo virtual se ve casi siempre tocado por la realidad del mercado. Si no fuera así no predominaría sólo el idioma inglés y la poca accesibilidad general que no contempla las diferencias. Esto no quita que haya mucha gente que trabaje para hacer del mundo virtual-real algo mejor.
    Diana

  4. karpicius dice:

    Hola Juli:
    Bueno es una realidad que hoy hay que comenzar a pensar en serio, y hasta digo, no solo pensar, sino actuar.
    Tenemos todo para crear nuestra propia visión de las cosas, que es nuestra, de aca.
    No es fácil, pero tampoco lo es buscar adaptaciones de lo que nos cae como cultura.
    No hay que ir muy lejos en el tema, por ejemplo, porque mostrar a los chicos o docentes, un video sobre alguna temática en especial, en inglés, o sea, ¿que nos está frenando para que eso mismo se pueda hacer en castellano, español o como quieran decirle?.
    Está bien, entramos cada vez más en terrenos que están conectados unos con otros en esta gran red, lo que dices de saturación tecnológica, esta “terapia de choque” propuesta para los paises que estamos “atrasados”.
    Esta aldea global, en donde lo que pasa en europa, se ve al segundo aqui, no tiene que nublarnos y hacernos perder el “ser del sur”.
    No tenemos que ser como ellos, ni ellos como nosotros, solo hay que ser, buscar nuestras propias maneras de decir lo mismo.
    En verdad a veces se ven distancias, seguimos discutiendo por ejemplo si la educación a distancia es adecuada, si da resultados, y discutimos, y no avanzamos. Creo que la hora de hacer las cosas ha llegado, en el terreno de esta gran red, estamos todos iguales.
    Por esto es que muchas veces en lo personal, me siento incómodo con las ideologías, por que veo que estamos confundiendo muchas veces al extremo, partidismo con política.
    Ayer estaba leyendo una entrevista que le hicieron a Asimov en la década de los 90, y decía que si uno no puede guiarse por la razón, ¿porque puede guiarse entonces?.
    Tal vez no sea importante que todos desde el sur seamos racionales, solo los suficientes como marcar un diferencia.

  5. Muy interesante el tema. Me quedan algunas cosas iluminadas, acerca de las cuales quiero apuntar algo, nada más que para contribuir a la confusión general ;o)…

    Juliana dice:
    Los nacionalismos apuntan, por un lado, a las identidades culturales, ergo, a la formación del sujeto en tanto conectado o formado por una tradición en un espacio determinado; por otro, apuntan a la trascendencia de los límites.
    Diana dice:
    depende del lugar desde donde se dice y desde donde un sujeto o un grupo esté parado en esta economía de mercado.
    Alejandro dice:
    “Tenemos todo para crear nuestra propia visión de las cosas, que es nuestra, de aca.”

    Me gusta la idea de pensar Internet como un significante. Y como tal, como un gran intangible. Posiblemente el significante colectivo más grande de la historia de todos los tiempos. Desde esa perspectiva, cada uno de nosotros construye su identidad en ella, de acuerdo a lo que quiere mostrar de si mismo. La conectividad cada vez mayor, también alimenta el pudor. Somos, lo que hacemos en la web, revestidos del imaginario nuestro y del ajeno. Los otros de la web también aportan en ese constructo que somos. Puede que esto comporte una versión bastante exacerbada de nuestro-ser-fuera-de-la-red o no. No lo sabemos, ni lo sabremos.

    Lo cierto es que lo mejor y lo peor conviven en el mismo espacio. Lo mejor es la posibilidad de diferenciarnos en base a nuestra identidad y lo peor es la anomia que surge de la enorme cantidad de nodos que somos.

    Y nada más. En todo caso, no hemos hecho todavía grandes cosas como para pensar en sistemas de organización socioeconómica. A lo sumo alguna campaña contra Nike contra el trabajo escalvo en sus filiales de Africa, torcer el destino de lapidación de Amina, o hacer circular otro tipo de información diferente que la que nos quieren imponer los medios asociados con el poder, frente a sucesos claves de la realidad.

    Yo sé que exagero, pero un pelín apenas. Todavía no hemos podido construir sistemas de gobierno electrónico, ni de medicina-salud-prevención basados en la Red y apenas estamos ensayando con la educación.

    No sabemos bien qué tipo de asociaciones podemos hacer con otros a quienes no conocemos sino a través del texto fragmentario de sus discursos escritos. Y lo que es peor: No sabemos cómo manejar cantidades tan grandes de información. Apenas estamos empezando a mirar alrededor de nuestros ombligos. Tenemos una herramienta poderosísima, pero todavía no nos hemos dado permisos suficientes para imaginar usos colectivos que puedan explotar todo su potencial. Estamos aprendiendo.

    No deberíamos olvidar que, analizada la Web como si fuera un país y si midiéramos todo lo que se produce más los sueldos, el producto bruto interno de Internet está muy por encima del de nuestros países (La última vez que vi ese dato era la potencia número 18, creo, del mundo.).

    Eso quiere decir, que por ahora, bajo este maquillaje de accesibilidad que parece exhalar aromas igualitarios por aquí y por allá, Internet es básicamente un típico producto del capitalismo, que se rige por sus reglas y cuyo objetivo fundamental es desarrollar negocios que faciliten el acceso a las ganancias de su propietarios.

    La construcción de la web social, la que permita mejorar la calidad de visda de la mayor parte de las personas del planeta, todavía tiene que ser hecha.

  6. Iñaki Ortiz dice:

    Interesante conversación. Aunque mis ojos están a mitad de camino entre acá y allá (supongo que más cerca de acá), me gusta ver con las miradas de allá. Tenemos mucho que compartir, mucho que colaborar para construir esa web social que algunos deseamos, esa web hecha por y para las personas. Y, si puede ser, procuremos que los resultados no se limiten a lo virtual, sino que se trasladen también al mundo real, siquiera para que el ciberactivismo sea contemplado con respeto también desde allá. Fue un placer pasar por acá. Ahora que sé donde están, no dejaré de volver cada tanto.

  7. Carlos Neri dice:

    Gracias Iñaki: vuelve cuando quieras, las puertas estan siempre abiertas y este grupo de “parroquianos” anda conversanmdo por aquí siempre
    un abrazo
    Carlos

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