tecnología, educación y subjetividad

Hace 25 años y la tecnología de hoy

tapa de la revista gente 1982 malvinasHace 25 años un gadget de la época me produjo una pesadilla que se volvió realidad. Se trataba de un reloj despertador con radio, algo no muy común en la época, que yo lo había programado para despertarme con música. En la mañana del 2 de Abril de 1982 dormía, creyendo que estaba teniendo una horrible pesadilla, soñaba con guerra y combates, con barcos y frió.

No era una pesadilla individual, hacia dos horas que la radio estaba trasmitiendo en cadena nacional la invasión a Malvinas.

Que se puede decir que no se ha dicho de la demencial aventura bélica del gobierno militar y de la euforia irresponsable de la gente, que llenaba las plazas en un ataque de nacionalismo.

Todo el día me rondo la idea que la penetración de las tecnologías de la información y la comunicación impiden hoy un grado de desinformación y manipulación como el de entonces. Seria impensable un manejo de masas similar, sin voces que se opongan, que informe y por sobre todo que eviten las distintas formas de censura.
Es en estas situaciones donde un tipo de periodismo ha muerto o sobrevive con escasas credibilidades. Seria impensable el titular absolutamente falso, populista e indígnate de la revista de mayor distribución de la época. “Estamos ganando”.

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Sin comentarios to “Hace 25 años y la tecnología de hoy”

  1. Gonzalo dice:

    Carlos:

    Justamente pensaba en eso el otro día, no exactamente de la misma manera, pero de modo muy similar.
    El hecho de tener un medio de comunicación tan horizontal y tan incontrolable, provoca que, aunque alguien pudiera ejercer alguna suerte de poderío sobre los mismos, en éste jamás se podría acallar la voz resistente, ni siquiera en un porcentaje digno del más inútil de los despotismos.

    Empero, en términos concretos, en este caso particular, estuve haciendo intensas investigaciones. Noches enteras, artículos periodísticos de todas las épocas y declaraciones de participantes de ambas naciones, datos numéricos neutrales y también los no neutrales, y concluí que, netamente, ese titular no constituyó una mentira, ya que, al fin, las guerras no se ganan cuando mueren los otros, sino cuando el ejército enemigo no está dispuesto a aceptar más pérdidas materiales (las humanas también cuentan, pero en general les duelen menos), y, en esta guerra, Gran Bretaña perdió un tercio de sus destructores y fragatas, 34 aviones, 11 helicópteros y 265 hombres (y faltan más datos, con los que no contamos ya que Gran Bretaña aún no los entregó). Aquel tercio de destructores y fragatas significaba el límite de las pérdidas soportables para el país europeo, es decir que, de haber impactado nuestra fuerza aérea tan sólo unos pocos objetivos navales más, las fuerzas británicas se hubieran rendido, y de esto hay hartas evidencias desde fuentes militares, políticas, y diplomáticas inglesas.

    Retomando el tema de la censura en los medios, sólo me gustaría agregar, a modo ilustrativo, que en el libro Historia y Poder de la Prensa, de ediciones Andrés Bello, año 1998, página 34, su autor, Raúl Sohr, expresa que “…La libertad de prensa para informar es inversamente proporcional a la magnitud de un conflicto. Mientras mayor es la gravedad de una disputa, menor será el espacio de maniobra de los medios…”.

    gxis revido, amike,

    GFR.

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