tecnología, educación y subjetividad

Castells en Buenos Aires

Bajo el poetico titulo de Castells pisando quintas ajenas… Daniel I. Krichman publica una entrevista a Manuel Castells en su visita a Buenos Aires. La primera impresión que me da es que hemos leído bien a Castells y andamos muchos recorriendo los caminos que propone en tecnología y educación:

“En términos de la utilización de Internet en el sistema educativo en países como Argentina el tema más importante, en mi opinión, es el de la formación de los maestros. Pero no la formación de los maestros en Internet sino a través de Internet. Y formar a los maestros no es solo poner tecnología en las aulas. Hace falta, sí, pero si pones tecnología en las aulas y los maestros no saben utilizarla, los niños los “cortocircuitan”. Porque los niños conocen Internet, no hace falta que les enseñes nada, pero también necesitan cierto encuadramiento y orientación. El maestro, y esto no ha cambiado, sigue siendo el centro del sistema educativo. Lo que ocurre es que, en un mundo de cambio permanente, si el maestro no está constantemente reciclado, le resulta imposible satisfacer la demanda. Con lo cual, la reforma educativa fundamental es: primero, mejores condiciones de trabajo y de salario para los maestros. Segundo: cursos de reciclaje mientras están trabajando”

“A mí me parece bien introducir una computadora por niño en las escuelas. La idea en sí está bien, pero sabemos que junto a la computadora hay que hacer un cambio organizativo en la escuela y en la formación del maestro para saber qué se les explica a los niños desde esa computadora. La computadora es una condición necesaria pero no suficiente. Está bien la introducción de tecnología educativa en la escuela. Lo que yo haría es combinar más lo que es Internet. Creo que hay una tendencia a que sea un circuito cerrado y creo que es fundamental abrirlo a Internet….”

Quizás como ocurre siempre si lo dice Castells se escuche más fuerte

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Sin comentarios to “Castells en Buenos Aires”

  1. Juliana dice:

    Esperemos que sí… Y que llegue a otros lugares del continente.

    Saludos

  2. Hola Carlos. Me gustó lo de “poético título”. Estuve por llamarlo: Castells, escupiendo el asado, pero me pareció demasiado prosaico.. jajaja…

    Es realmente como lo escribís: Si lo dice Castells… Palabra de gurú parece estar socialmente significada como verdad irrefutable.

    Otra vez la cuestión de si lo que se dice es respetable porque tiene entidad en sí mismo o porque quien lo dice está lleno de caireles. Pero creo que tampoco hay que confundirse. Nadie habla, aunque lo declame, desde la objetividad lisa y llana. Pichón Riviere decía que uno siempre hace sombra sobre el territorio que mira. Ni hablar, en un caso como el de Castells: cuanto más alta es la mirada, más sombra se proyecta sobre el campo y, aunque se vea el conjunto de otra manera, se ven borrosos, o no se ven, los detalles finos.

    Está faltando -o yo no lo conozco- una lectura analítica dura del rol de muchos intelectuales de este tiempo que, aun produciendo con lucidez, lo que hacen es darle letra al sector del poder que representan. Es todo un tema éste, porque esa palabra tiene más penetración y más consenso social que la de los que estamos a la intemperie. Hace escuela. Entonces la batalla por la educación, ¿también hay que darla en el territorio de la teoría antropológica, sociológica, etc?. No podemos con todo.

    El trabajo desde la trinchera es duro, pero tiene una recompensa insustituible: te permite entender los porqués de las cosas, ya que ahí nada te amortigua el choque cultural. Te llenás de magullones y normalmente tu palabra está devaluada socialmente, pero vivís muy cerquita de la realidad.

    Me vienen a la memoria los ríos de bits que se derramaron defendiendo el proyecto OLPC, para lo cual se apeló casi a cualquier cosa, con tal de establecer formulaciones que terminaran defendiendo el proyecto como un paquete cerrado, tal como lo ofrecía Negroponte. Y ahora, como siempre sucede, el pez por la boca muere.

    Resulta preocupante toda la producción intelectual que hay, apoyada sobre este tipo de discursos y no sobre observaciones propias acerca de si esos discursos verifican o desmienten procesos reales. Pensamiento aplicado para cada situación problemática, como decía Lewkowicz, en lugar de recetas. Reflexión adentro de la trama. En lugar de eso leemos demasiada suscripción a opinones, que agregan poco a la mirada, pero suman a la polución informativa.

    Un botón de muestra: Estoy trabajando un texto de Castells (La era de la información, capítulo 1) donde, explicando las característeicas técnicas de los chips dice: “1 micrón es igual a la millonésima parte de una pulgada”… Cuando yo estudiaba Metrología, 1 micrón era la milésima parte de un milímetro o la millonésima parte de un metro…

    ¿Nadie lo corrigió? Es Castells, no comete esos errores. ¿Cómo hacerlo?. Él mismo lo explica con el acápite del Prólogo de ese mismo texto, poniéndolo en una cita de Confucio:

    -¿Me consideras un hombre culto y leído?
    -Sin duda -replicó Zi-gong-. ¿No lo eres?

    -En absoluto -dijo Confucio-Tan sólo he agarrado el hilo que enlaza el resto

    Esto es lo que nos está pasando como sociedad.

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