tecnología, educación y subjetividad

Del anonimato a la confesión en las redes sociales

yo entre grilletesLas relaciones mediadas por tecnología en los años 90 se teorizaban bajo el paragua del anonimato. Conceptualizaciones como “baile de disfraces” pululaban entre los teóricos. Un esquema de segunda vida, donde la cuestión de la verdad estaba en el centro de la discusión. Eran épocas de reinado del irc y el mirc y los nick eran la identidad. Acorde a esos tiempos escribí por entonces “Singularidad en la red”, donde planteaba las situaciones dilemáticas y las relaciones entre lo real y lo virtual como un modo de reciclado de la identidad.

El nuevo siglo y las redes sociales han cambiando la mirada, desde el ocultarse al sobreexponerse. Hoy la identidad “real” con todos los números que la acompañan desde los roles sociales aparece multiplicadas por las redes sociales y a su vez acompañadas de fotos y videos que dan testimonio de la vida, sin olvidar las vidas pasadas por lo instantáneo del twitter. Queda como resto de otros tiempos, Second Life, donde desde la mirada utilitaria se invita a vivir la segunda vida, escondida detrás de un avatar.

En Singularidad en la red señalaba por fines de los 90 acerca de la identidad:

El problema de la identidad puede ser pensado de dos formas: como preservación de la identidad real para permitirse licencias, o como cambio constante de identidades. Esta tensión descripta por Sherry Turkle en “Vida en la pantalla”, alude a las posibilidades de romper la identidad en el sentido de totalidad. El soy tal, mi genero es tal, mi edad es tal, y mi ocupación social es tal, pasa a una flexibilización, entendida por la autora, producto de las desconstrucciones propuestas por las corrientes postmodernas. Sin embargo, estas fragmentaciones también se dan en el mundo real pero con un nivel de censura social mayor. Lo que hace que los marcos de referencia de la realidad aparezcan a simple vista como más sólidos. La máscara, esa significación de la palabra persona encuentra aquí nuevas posibilidades. Algunos autores sostienen que el chat es como un baile de disfraces, una actuación, o una patología. Un planteo de fin de siglo que encuentra su correlato en los cambios que las identidades van tomando en el mundo y que como fragmentos se expresan dentro de una lógica de mercado. La producción a infinito de objetos y la conversión del mismo sujeto en mercancía, van fragmentando, en relación a la satisfacción y al deseo de nuevos objetos. En el chat y en las listas la fragmentación parece ponerse en real, permitiendo que los pedazos de la identidad social perdida, se desarrollen aún en contradicción unos con otros. Esta lógica de los fragmentos en la legalidad de la red se sostiene en una dimensión discursiva…”

Bauman en su libro “Vida de consumo” señala la nueva tendencia a la sobre exposición como “una sociedad confesional” donde todo debe contarse y registrarse como un plus para garantizar la identidad.

En términos mercantiles podríamos decir que el “negocio” libidinal y económico de transparentarse es mas redituable que el exponer versiones parciales de los deseos que rigió el anonimato. Las vidas valen mas si se desnudan en el campo nudista de las redes sociales y si logran enlazar otras desnudeces, habrán alcanzado algún grado de subjetividad compartida. Como contrapartida estas presentaciones públicas de la vida, van mostrando y esta es la tendencia en las zonas mas tecnológicas del planeta, un abandono de las mediaciones cara a cara en post de la exposición publica en la web.

Si en los 90 y en términos de Bauman se era mas liquido siendo mas anónimo hoy la liquidez y la movilidad esta en ubicarse en los escaparates mas populares y unir la imagen, los videos y los textos en la gran confesión que Bauman señala.

Queda una pregunta flotando ¿quien escucha las confesiones y cual es el límite a confesar en esta metáfora religiosa de la vida en red?

 

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5 comentarios to “Del anonimato a la confesión en las redes sociales”

  1. Juliana dice:

    Confesión -transgresión – sorpresa -miedo – (in)certezas – ¿religiosidad? (en el sentido de re-ligar, re-conectar pero ¿a qué?) – adoración ¿de qué Dios?, ¿cuál Dios?, ¿muchos Dioses? ¿cada uno de nostros un Dios?

    Escuchas parciales, miradas fugaces, palabras breves, placeres intensos pero pasajeros, aquí y ahora progresivo, vida y muerte, renovación del (sin)sentido.

    Sin tiempo para más elaboración. Gracias por las preguntas, ¿atinaré una(s) respuestas? No sé, quizás la montaña me diga algo.

    Besos

  2. Naxos dice:

    Hola Carlos, muy interesante, aunque la verdad el tema y algunas puntas dichas dan para mucho más. Yo mismo he trabajado mucho en ello. Pero hay algo en esta entrada que escapa y que tiene que ver también y además con el ejercicio netamente escritural, con la búsqueda singular de voces escriturales despersonalizadas, es decir, necesariamente las propias -pero que quieren dejar de serlo- . Es un flujo personal que pretende romper el “gran molde” individual. Ello explica mucho el tono confesionista de una máquina escritural amateur que, en un juego de especular digitalizado, despliega humores y cuasi-pensamientos en párrafos más o menos dispersos y abiertos: puras escafandras, puras voces que sólo se oyen a sí mismas, voces profundas cargadas de subjetivismos aplastantes.

    Cuando leo blogs en este tono confesionario me da la impresión que el escribano quiere salirse de sí y de la historia de su opresión personal, recomponerse, o simplemente desaguar los sedimentos significativos que gravitan su vida. Todo un ejercicio donde el contenido poco importa. A decir verdad, mucho de este ejercicio es practicamente revulsivo leerlo. Lo verdaderamente interesante es que todas estas confesiones no implican directamente que el escriba pierda su anonimato.

    saludos

  3. […] Del anonimato a la confesión en las redes sociales […]

  4. Carlos Neri dice:

    Exacto Naxos, cuando me preguntaba al final sobre los limites de la confesión apuntaba a que las diferentes capas del yo pueden seguir contando su vida, en todos los myspace o facebook, sin embargo casi como una paragoja se acercan al anonimato, o al nunca acabar de un aparato psiquico que en su relación con lo social resiste y crea nuevas formas de resistencias. De todos modos esta guia de telefono ilustrada que estamos creando con los datos, es solo una capa, un barniz del sujeto que enuncia. Como señala Juliana, el recorrido puede ser confuso de la norma a la transgresión al develar algunos dichos. Con respecto a lo revolsivo siento algo similar al recorrer una serie de fotolog cuando veo uno impreso en el otro y armando una serie de similares.

    Siempre en el fondo esta la tensión entre el yo y la red (Castells)
    gracias por las lucideces a los dos

  5. Maria Grimaldi dice:

    Carlos:
    hacía mucho tiempo que no leía un comentario tan interesante respecto a este tema. Pero debo reconocer que en el texto no me encuentro reflejada (o si?). No entiendo (en realidad, no acepto) la distorsión que producen las redes sociales como facebook, sónico, y tantas otras, por darte algúnos ej: A mi no me interesa saber quienes son amigos de…Ni me interesa recorrer una cuna de egos (tal vez porque no me quedo con un rostro, varias fotos, y unas cuantas listas de desconocidos), más allá de reconocer que muchos de los que se encuentran alli también son mis amigos y que además son personas geniales. Varios, han insistido con hacerme pertenecer a esa red y a muchas otras, y sistemáticamente me he negado. Un poco en broma y otro poco en serio les digo que : conocerme tiene sus privilegios, y en etos casos no pertenecer es la clave.
    En cuanto a ese anonimato del que has hablado coincido con que puede esconder patologías; por que no mostrarse? que es lo que esconde? . Aún asi, desde el anónimato en mi caso de hoy, desde la cero exposición, tán sólo por ser low profile, y por la simple necesidad de quererles dar mi opinión. Los saludo con cariño a vos, y a las dos personas que han comentado tan bien sus puntos de vista. Buena semana, María Grimaldi

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