Esta mañana el diario Clarín publico un articulo sobre un caso de estafa en el Chat bajo el titulo “Usaba Internet para seducir y extorsionar: cayó por una trampa”:
“Todo comenzó hace algunas semanas cuando una mujer (tiene 35 años y está casada) entró a una sala de chat para lesbianas de un conocido portal de Internet. Allí conoció al detenido, que se hizo pasar por una mujer. Así empezaron a chatear sobre sexo. En diversas charlas la mujer le confesó que deseaba experimentar una relación homosexual. Pasaron los días y la confianza de la víctima hacia la otra supuesta mujer creció hasta que ella le dio su mail y siguieron con los chats pero a través del MSN Messenger, lugar donde las conversaciones transcurren en un lugar más privado. Así, el acusado logró obtener muchos datos de la mujer e incluso fotos suyas, contaron voceros de la investigación. Con todos esos datos, le reveló a la víctima que él no era una mujer y que si no le entregaba 2.000 pesos le revelaría sus deseos homosexuales al marido y que incluso difundiría su foto por Internet, donde también mencionaría su condición de lesbiana, explicaron las fuentes…”
Mas allá de lo anecdótico y su resolución policial, la cuestión me remitió al texto Escuchando con los dedos en el teclado que en 1998 escribí sobre el chat en la revista digital La Puerta y que formaron parte mas tarde del libro Bytes y Papel y que creo ayudan a un análisis de este tipo de casos. Decíamos por entonces:
“…Dos temas puntuales serán nuestro eje de análisis: la intensidad de la respuesta, en términos de velocidad y la cuestión de la identidad en este contexto.”
“…Una de las diferenciaciones se corresponde con la velocidad real de respuesta en los distintos programas, la otra con la velocidad subjetiva y la noción de temporalidad cuando se esta en una situación de inmersión tecnológica. No es lo mismo la subjetivación del tiempo y la velocidad en dispositivos asincrónicos como el e-mail, que en la sincronia del chat. Al constituirse un espacio yo-no yo, la temporalidad del mundo real, se pone en suspenso, y el ritmo de las palabras, la rapidez o lentitud de las respuestas van generando un tiempo propio. Efecto similar se observa en los video-games, donde el tiempo del juego sujeta al jugador de tal modo que el tiempo real sigue trascurriendo pero en una escena por fuera de el. Esta puesta entre paréntesis del tiempo real, constituye un dispositivo que plantea reglas propias y que revertirá nociones de función y significado, tan apreciadas por la modernidad. Esta zona que hemos denominado microclima tecno-lúdico en relación a los video juegos, es aquí, el espacio donde se nutren las relaciones entre realidad y fantasía…”
” De allí que esta relación entre el tiempo y la identidad sea un eje por demás interesante para tratar de acercar claridad al campo de las producciones en Internet. La idea de yo está en el centro de cuestión. De un yo social y un yo individual, de un ser, de un debería ser, y un quisiera ser, como subversion del madato Kantiano: “tu eres”, “tu debes”.
“…El problema de la identidad puede ser pensado de dos formas: como preservación de la identidad real, para pemitirse licencias, o como cambio constante de identidades. Esta tensión descripta por Sherry Turkle en “Vida en la pantalla”, alude a las posibilidades de romper la identidad en sentido de totalidad , el soy tal, mi genero es tal, mi edad es tal, y mi ocupación social es tal; para pasar a una flexibilización entendida por la autora como producto de las desconstrucciones
”…En el chat, o en las listas como lo planteamos en el numero anterior la fragmentación parece ponerse en real, permitiendo que los pedazos de la identidad social perdida, se desarrollen aún en contradicción unos con otros. Esta integración de fragmentos, para desfragmentarse en la legalidad de la red, se sostiene en una dimensión discursiva. Una consecuencia de la velocidad es el desprendimiento de la responsabilidad del sujeto que enuncia. En muchos casos se producen discursos de bajo nivel conceptual, (por ejemplo en un chat) que aumentan en lo conceptual al pasar a privado, pero que quedan a merced de una carga afectividad que la realidad pone limites. Algunos autores han llamado “hambre de piel” al llamado para realizar el pasaje desde lo discursivo a la realidad, y en muchos casos con resultados catastróficos que los acercan a aquella frase de Joaquin Sabina, “Amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño”.
Otros temas sobre el Chat en Moebius
Tech Tags: chat encuentros ?Gi? problemas Clarin La+puerta
Sin dudas si quieres conocer una compañía y sus interacciones analiza los flujos de información de los empleados, cuestión que por supuesto no se puede acceder pero que muestra los sutiles limites entre la identidad personal y la corporativa.
Otros artículos sobre el email y flujos de información en Moebius:
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Del chat informal a los vínculos organizados
Redes sociales: Una construcción social de Internet
Ayer nomás. Cuando todo era esfuerzo indebido
Del mail al Chat. Los jóvenes prefieren lo instantáneo
“Me lo contó un amigo de un amigo”.Todos a seis grados de distancia.
“VeriChip, la primera tecnología de identificación personal subdérmica, anuncia un programa especial para registrarse. Firme ya para estar entre los primeros del mundo en ‘chipearse’. Lo invitamos a llenar el formulario para estar entre los primeros 100.000, y recibirá una bonificación de 50 dólares.” No es ciencia ficción. Es un aviso publicitario de la firma Applied Digital Solutions, que lanzó al mercado un chip del tamaño de un arroz que se coloca bajo la piel de un brazo conteniendo la información básica para identificar una persona. La novedad es que varios países latinoamericanos están haciendo cola en la puerta de la compañía de Palm Beach (Florida), para que diseñe un dispositivo especial con el fin de seguir a las personas en caso de secuestros.El dispositivo viene acompañado de un scanner que lee la información, aunque todavía es muy temprano para poder utilizarlo como medio de ubicar a una persona secuestrada. Su uso inicial será para guardar identificación personal o médica.La compañía Solusat comenzó a vender el VeriChip en México en julio del año pasado. Su costo más los gastos por implantación ronda los 200 dólares, además de la tarifa anual de 50 dólares por mantenimiento de la base de datos. El escáner manual cuesta unos 1.200 dólares. El fiscal general de México y 170 funcionarios más fueron la vanguardia en colocarse bajo la piel los “arroces” identificatorios.”
Según Kriptopolis: “pese a lo cual la empresa sigue afirmando en su web que el chip provee de un identificador único y que el sistema es absolutamente seguro.”
El sitio de la empresa del verychip
La foto ilustrativa pertenece al sitio del producto verychip
Cada uno de estos aparatos requería de suplementos como ser antenas, estabilizadores de corriente entre otros.
Varios tipos de disco en el caso del combinado le daban sentido. Desde discos de pasta, hasta vinilos de 78,45 y 33 revoluciones, en formato LP o discos de dos canciones. Uno el éxito del momento y el otro el complemento.
Este escenario podríamos decir que lo herede. Eran las tecnologías que usaban mis padres. Por ende los usos y prácticas de las tecnologías iban asociadas a cierta ritualización y cuidados de los aparatos. Los tres elementos contaban con perillas de giro para modificar volumen. Y muebles de madera lustrosos que los volvían más aparatosos y discordantes con el resto de la casa.
En el tema de la radio una verdadera revolución fue la compra de la Spika que volvió móvil a la radio, dado que se trasportaba a todos lados, a diferencia de la vieja radio. Recuerdo estar jugando en la vereda de casa, mientras se escuchaba en la radio el mundial de fútbol de 1966.
Estos aparatos me acompañaron en mi niñez y fueron sin dudas condicionantes y modeladores de mi relación con las tecnologías de la información y la comunicación.
Hace unos días hacíamos mención a los límites de usabilidad de las tecnologías en los colectivos de la tercera edad. Vía Mangas verdes nos acercamos a un sitio para tercera edad con artículos, servicios, foros y muchos más recursos. Se trata de jubilatas.com Se definen como:
“…somos un grupo de personas mayores de cincuenta años que, con la colaboración de un grupo de gente joven (eso creen ellos) que dominan las tecnologías de Internet, persigue formar la comunidad virtual de las personas mayores de cincuenta años. Creemos, y de esta idea parte el núcleo de la filosofía de Jubilatas, que constituimos el colectivo de la sociedad que, por experiencia, sabe más de todo o, seamos modestos, de casi todo.” “…Jubilatas.COM ha empezado su andadura por este mundo fascinante de los jóvenes mayores de cincuenta años. En el tiempo que llevamos en la red personas de varios países de América del Sur, como Argentina, Chile, Venezuela y Colombia, se han unido a nosotros. ¡Bienvenidos a Jubilatas!. Esperamos que con vuestra experiencia y amistad sepamos entre todos dar una respuesta adecuada a las expectativas que hayamos podido generar y alcanzar la verdadera dimensión de comunidad, en castellano, por y para las personas mayores de cincuenta años.”
Una interesante iniciativa que debería poner más atención en la arquitectura de la información de su sitio, en relación a las capacidades cognitivas de la edad. Así como trabajar con elementos claros de ayuda. El diseño actual que ofrece cuestiones como foro o Chat, da por hecho el conocimiento de estos recursos por la tercera edad, cuestión que no han estudiado seguro en profundidad, con pruebas de usuarios. En el mismo tenor se encuentran la excesiva cantidad de rótulos y enlaces en los menús, que pueden ser complejos para algunas personas. También esta muy descuidada la cuestión de la accesibilidad. Para muestra basta un ejemplo: 91 imágenes no tienen alt. Los font son fijos impidiendo al usuario, fundamental en el público objetivo al que apuntan, variar el tamaño de letra. Una pena para una iniciativa tan interesante.
Vía Factor humano encontramos un breve comentario sobre una cita del último libro de Peter Morbille, Ambient Findability
“[…] Though our attention is drawn to the fast layers of hi-tech, the map to this maze is buried in the slow layers of human behavior and psychology. It’s not enough to focus on the I in IT. We must also lose the C in HCI. Because ambient findability is less about the computer than the complex interactions between humans and information.
[…] Pese a que nuestra atención está dirigida a las rápidas capas de la alta tecnología, el mapa de este laberinto está enterrado en las lentas capas del comportamiento humano y la psicología. No es suficiente enfocarse en la I de TI. También debemos soltar la C de IHC. Porque la encontrabilidad ambiental es menos acerca del computador que de las complejas interacciones entre los humanos y la información.
Coincido con Nelson Rodríguez-Peña en la dificultad de encontrar una traducción adecuada a “ambient findability”. Si dejamos de lado la traducción y nos concentramos en la cita, la misma podría ser un proyecto de tesis por la complejidad que presenta. La propuesta de que los problemas que debemos enfrentar no están tan del lado de la tecnología sino de la complejidad de las relaciones humanas, el conocimiento y la psicología. El cruce de la psicología social, la individual y la epistemología parece ser el territorio donde indagar sobre estas cuestiones.
Tampoco son esos campos aislados en sus formas tradicionales sino pensados desde un sujeto en “inmersión tecnológica”. La mediación del sujeto y la información no puede ser solo leída como un acto de búsqueda y capacidades de lecto-escritura sino enmarcada en una relación tecnológica y dentro de este tiempo histórico determinado.
Un cita de Vygotski nos ayuda a pensar:
““Las palabras tienen un papel destacado en el desarrollo del pensamiento como en el desarrollo histórico de la conciencia en su totalidad. Una palabra es un microcosmos de conciencia humana”.
Exactamente esta idea de microcosmos de la palabra y de las definiciones humanas, su construcción y distribución son las que en una inmersión tecnológica se hace necesaria redefinir en busca de clarificar la calidad de la mediación. Después de todo estas palabras, clasificaciones sociales o cualquier producción de este orden no son otra cosa que modos de mediación entre humanos. En una publicación reciente escribíamos en coautoría con Diana Fernandez Zalazar :
“Cabe aquí mencionar que consideramos a la tecnología como una herramienta simbólica, en el sentido Vigotskyano, en tanto es mediadora en las relaciones de los sujetos y cuyas características permiten realizar transformaciones en los otros y en el mundo a través de los otros. Es en este sentido que lo social y lo individual quedan articulados e implicados necesariamente, la tecnología como una forma históricamente determinada por lo social y su correlato en el proceso de subjetivación e individuación en donde se internalizan dichas formas…”
El enfoque sobre los sujetos y no las maquinas de Morville ya había sido mencionado en 1995 por Papert al decir:
“El contexto para el desarrollo humano es siempre una cultura, y nunca una tecnología aislada. Con la presencia de los ordenadores, las culturas pueden cambiar y con ellas los modos de pensar y aprender de las personas. Pero si lo que se desea es comprender (o influenciar) el cambio, se debe centrar la atención en la cultura —no en el ordenador.» (Papert: 1995)
Mientras que algunos informáticos y diseñadores de interacción sigan pensando que el problema es de resolución tecnológica solo lograremos meras aproximaciones a la construcción de ambientes de encontrabilidad.
Bajo el titulo de “Mundo Web sin barreras” el Lunes 7 de Octubre comienzan las IX Jornadas del Sidar.
Convocatorias y programas pasados
Relatos de las Jornadas