tecnología, educación y subjetividad

Donald Norman quiere dialogar

sistema de gpsDonald Norman al que hemos hecho referencia en muchos post de Moebius y por supuesto en mis clases, esta escribiendo un nuevo libro. Leemos en Ciberescrituras: Donald Norman: dos monólogos no hacen un diálogo sobre esta nueva propuesta, donde Norman pone a disposición de los lectores el primer capitulo. Con su habitual estilo que combina cuestiones teóricas con ejemplos de la vida cotidiana, va narradando su práctica con los sistemas de navegación de su auto y sus elecciones de rutas.¿Por qué escucho mi coche más que mi esposa? Porque no tengo generalmente ninguna opción. Si el coche decide a enderezar el asiento o a aplicar los frenos, no me preguntan ni se consultan, ni soy incluso dije porqué. La acción apenas sucede. El coche sigue un estilo autoritario, tomando decisiones y no permitiendo ninguna disensión. ¿Es el coche necesariamente más exacto porque, después de todo, es una tecnología mecánica, electrónica que lo hace aritmética exacta sin error? No, realmente no. La aritmética puede estar correcta, pero antes de hacer el cómputo, debe hacer asunciones sobre el camino, el otro tráfico, y las capacidades del conductor. Los conductores profesionales darán vuelta a veces apagado al equipo automático porque saben la automatización no permitirá que desplieguen sus habilidades. Es decir, darán vuelta apagado lo que se permiten para dar vuelta apagado: muchos coches modernos son tan autoritarios que incluso no permiten esta opción…”

Comenta que en el origen del libro el pensó que la cuestión estaba en la construcción del dialogo con las maquinas, pero avanzando en la idea comprendió (traducción automática):

Sí, el diálogo es la llave, pero el diálogo acertado requiere una cantidad grande de conocimiento y de experiencias compartidos, comunes. Requiere el aprecio del ambiente y del contexto, de la historia que conduce al momento, y de las muchas metas y motivos que diferencian de la gente implicada. ¿Pero él podemos ser muy difíciles de establecer esto compartida, comprensión común con la gente, así que cómo esperamos poder desarrollarlo con las máquinas? No, ahora creo que esta “tierra común,” como los psycholinguists la llaman, son imposible entre el hombre y la máquina. No podemos compartir simplemente la misma historia, la misma clase de educación de la familia, las mismas interacciones con la gente. Pero sin una tierra común, el sueño de las máquinas que son jugadores del equipo sale. Esto no significa que no podemos tener interacción cooperativa, útil con nuestras máquinas, sino que debemos acercarte de una manera lejos diversa que hemos estado haciendo hasta ahora. Necesitamos acercar a la interacción con las máquinas algo mientras que hacemos la interacción con los animales: somos inteligentes, son inteligente, pero con diverso entendimiento de la situación, diversas capacidades. Necesitamos a veces obedecer los animales o las máquinas; necesitan a veces obedecernos. Necesitamos un acercamiento muy diverso, uno que llamo la interacción natural…”

Este tipo de interacción sin dudas remite a la construcción de espacios comunes, reflexionados, entre humanos y maquinas.

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