24 de marzo
Hoy no es un día cualquiera, hace 31 años un golpe militar hacia trizas los sueños no de una sino de varias generaciones. En Youtube encontré este video que representa lo que siento. Además de las consecuencias políticas, sociales y económicas,un tema retorna permanente: la sustracción de niños. El robo de identidad, las adopciones ilegales, son algo que perdura y aún hay muchos jóvenes que anda por allí con otra identidad sin saberlo. El grupo Bersuit – Victoria Clara, da una síntesis impecable de esto.
Y la inolvidable “Canción de Alicia en el país” de Charly Garcia que me acompañó en la larga noche desde mis 18 años hasta los 25 y que explica muy bien la sensación del fin de una adolescencia y un sueño:
“…No cuentes lo que viste en los jardines, el sueño acabó.
Ya no hay morsas ni tortugas
Un río de cabezas aplastadas por el mismo pie
juegan cricket bajo la luna
Estamos en la tierra de nadie, pero es mía
Los inocentes son los culpables, dice su señoría,
el Rey de espadas.
No cuentes lo que hay detrás de aquel espejo,
no tendrás poder
ni abogados, ni testigos.
Enciende los candiles que los brujos
piensan en volver
a nublarnos el camino.
Estamos en la tierra de todos, en la vida.
Sobre el pasado y sobre el futuro,
ruinas sobre ruinas,..”
Hoy quiero recordar a un querido amigo de la familia. Un poeta excepcional, una persona entrañable y un idealista que cuando se hablaba del surrealismo de su poesías se definía como “un realista del sur”. Roberto Santoro nació en Buenos Aires el 17 de abril de 1939 y fue secuestrado y desaparecido el 1° de junio de 1977 desde su lugar de trabajo. La última vez que lo vimos se había afeitado su barba al estilo Bakunin, quizás ingenuamente pensando que así no lo encontrarían.
Dejo aquí su palabra que tan bien refleja ese momento histórico y su persona.
VERBO IRREGULAR
yo amo
tú escribes
él sueña
nosotros vivimos
vosotros cantáis
ellos matan
De uno más uno humanidad
II
mañana un general con viruela boba habrá de acuartelar
a mil conscriptos
porque una mosca le ensució el tintero de la guerra del
paraguay
y su esposa tendrá un hijo con un coronel
un forzudo canta un jingler
y en el décimo piso del ministerio dos empleados juegan
a la generala
mientras una mujer les muestra la bombacha a dos
cadetes
parece que van a tapizar el sillón de la presidencia
y está en estudio clausurar la poesía
¿qué hace el tanque ése parado en la puerta de mi casa?
XVI
frente a la puerta sentada en el umbral una mujer me
está esperando
no sé como se llama
es la primera vez que la veo
me mira
nos damos un beso
vamos a tener un hijo
nos llevó mucho tiempo arreglar la ciudad de buenos aires
De Pedradas con mi patria
III
hablando con honradez
humanamente hablando
algo anda mal
tranvía de mi corazón parado en la mitad del pecho
es preciso investigar
dar en el clavo
martillo poesía
proceder con primaveras
es preciso desabrochar la mano
desnudarla en la calle
entrar derribando la puerta de los hombres
segundo piso a la izquierda
expediente número ternura
llamado urgente
arrinconar la muerte con un beso
y no despertar sospechas
un asunto muy serio se subió a mi ventana
Para los que quieran seguir leyendo a este increible poeta les recomiendo visiten la página de la revista abanico de la Biblioteca Nacional Argentina http://www.abanico.edu.ar/2005/03/Santoro.htm
Hoy no es un día cualquiera, Carlos, claro que no. Diana se acuerda de Roberto Santoro y por ese caminito yo me acuerdo que Roberto publicaba en el Alberdi, de Joaquín Alvarez, en Vedia, donde yo nací. Joaquín fue un gigante metido en un cuerpo de hombre común. Libertario incansable, lector desaforado, recibía a todo aquel que se acercaba a la imprenta arrimándole un plato para que compartiera con ellos el asado que religiosamente se hacía en el taller, los sábados a las 8 de la mañana, después de terminar de imprimir el periódico. La dictadura se lo clausuró y lo puso preso en San Nicolás, junto a Carlos y a Luis, los hijos varones que lo secundaban. Rodolfo, el mayor, había sido acribillado un tiempo antes del golpe, mientras pegaba carteles en La Plata.
Del recuerdo de ellos y de tantos otros que dejaron todo lo que tenían por ir detrás de sus creencias, proviene la fuerza que nos ayuda a pensar, tantas veces en la oscuridad, en estos tiempos de complejidades vertiginosas, de compromisos lábiles y excesos de superficialidad.
Ojalá los que nos trasciendan, puedan decir de nosotros que estuvimos a la altura de las circunstancias.
Un abrazo, un recuerdo emocionado y el compromiso renovado una vez más.
Gracias Daniel por el recuerdo de tanta gente valiosa.
Con afecto.
Diana