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Mi secreto me condena. Nogare

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Vía wwwaat´s news llego a Nogare – Confesiones anónimas, un sitio donde la gente comparte secretos. Mezcla de “se lo cuento a alguien” con pedido de consejos. Si twitter es lo que estoy haciendo, este podríamos llamarlo su negativo, lo que oculto de lo que estoy haciendo. Ambos son radiografías, instantáneas, una casi en tiempo real, la otra en tiempo meditado. El estilo del sitio es publicar la confesión, y esperar comentarios. La propuesta es simple:

“La idea de confesar algo teniendo la certeza de que es anónimo con plena seguridad y sabiendo que lo leerán otros, suele ayudar mucho a la persona que tiene algo que contar. Esto es totalmente anónimo. No se almacena ninguna información de tu conexión u ordenador. Sólo se almacena el texto que tú mandas y la fecha.”

Las confesiones más habituales rondan el tema sexual, y pero también otras muestran perfiles de la vida, miedos, angustias.

Nada mejor que recordar para este tema y este sitio, la película de Woody Allen “Crímenes y pecados” (con inspiración en Dostoievski e Ingmar Bergman.), la síntesis de la película

“Así que por un lado está Judah, el hombre exitoso a punto de sacrificar una vida para salvar su reputación y su matrimonio de un error que él mismo cometió, y por otra parte vemos a Clifford, el cineasta que ha fracasado una y otra vez a fuerza de creer más en las ficciones que encuentra en los teatros de cine que en la vida misma. Una conversación final entre los dos (y el único punto en el que las dos historias se encuentran) muestra la profunda diferencia entre estos: Judah le propone a Clifford que, ya que es cineasta, haga la primera película que obedecería a las leyes de la vida y no a las de la tragedia: se trataría de un hombre que mata a una mujer; y que después de sentir culpa y remordimiento por lo que ha hecho, después de considerar que lo mejor podría ser confesarlo todo a su esposa y a su familia y esperar que estos lo puedan perdonar, se despierta un día y descubre que la culpa se ha ido, que la vida puede continuar. Clifford piensa, sin embargo, que sería más dramático un desenlace en el que el protagonista se entregara a la culpa y encontrara necesaria la confesión para redimirse. Judah sólo responde:

¿Pero ves que las cosas no son así? Es que la vida simplemente no funciona de esa manera?…”

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