tecnología, educación y subjetividad

Hace 30 años del horror

reproduccion de mural del sitio indymedia en Rosario Argentina Hoy hace 30 años que se iniciaba en Argentina la dictadura más terrorífica que hemos conocido. En ese tiempo estudiaba en la universidad, estaba en mi primer año, y los sueños fueron de golpe cortados, masacrados, asesinados. Esta mañana pensaba las formas tan elementales de comunicación que teníamos por entonces, y la forma que el gobierno militar aplico para censurar toda información. Hoy les sería imposible silenciar a todos. Lo muestran los disidentes de las dictaduras y gobiernos totalitarios del mundo que aun en las peores condiciones logran comunicarse. Mas de 30000 desaparecidos, miles de exiliados y un dolor que pervive en el tiempo. Podría ser una mas de las listas, no lo fui por el azar y la solidaridad de algunos. Pero como a muchos me robaron 7 años de la vida. Hace tiempo escribí una novela que nunca publique y que un capitulo cuenta una noche de horror en la plaza de la facultad. Van aquí algunos párrafos contra el olvido:

De Los años son los nombres por Carlos Neri

…Faltarían aún algunos años más, para que una noche rodeado de soldados, en la plaza de la facultad, el comprendiera la dimensión total de una realidad que ya era historia. Para el hasta entonces todo no había pasado de su película de rebelión sin consecuencias. Pero esa noche conoció el terror, por primera vez, desde una 9 milímetros sobre su cabeza, y aprendió los límites de su juego. Lentamente saco los documentos, mientras el frió temblaba en la mano del milico, que lo apuntaba, mientras chequeaba su nombre en una lista y después, varios siglos después la respiración del siguiente, la pistola en la otra cabeza. No había nombres, solo rostros, que de reojo alcanzaba a ver. La fila se perdía en la oscuridad. entrecortada de verde oliva. El momento mismo no era lo peor, sino la espera, las ordenes sordas en el viento y esa sensación de que en cualquier instante se desencadenaba una masacre. Quinientas personas contra el largo paredón, en el frió de la noche marplatense. Fue el debut, la primera vez que se encontraron frente a frente, a partir de allí habría muchos otros encuentros, en el ritual de documentos y la itaka fría mirando al suelo. Pero esa noche no tendría olvido, alguna vez soñaba con esos rostros que nunca alcanzo a ver del todo, que nunca más los vio, solo aquella noche de respiraciones compartidas. Y esa imagen imborrable de la adolescente enyesada sobre el pasto, los gritos, las patadas. Siempre, por mucho tiempo despertaba escuchando una sirena. El juego había terminado, espero el colectivo aun temblando. A lo lejos dos camiones del ejército cortaban el horizonte. Un año después dejaría la facultad asqueado, de tantas ausencias y tanta soledad. Solo quedaban algunos partidos de truco en el bar, interrumpidos por otras requisas, ahora familiares. Pasarían muchos años para volver a las aulas cuando a puro prologo de constitución, se abrieran para el un regreso.

Mientras tanto toda la vida se volvía clandestina, nacerían entonces los santuarios, donde alimentar una ciudad que se desangraba en las calles. En siete años aprendió muchas cosas, circulando en cientos de lugares, y desde el temor intento volver a mirar firme, atrás un horror hacia coro y costo despojarse de la vergüenza para intentar otra vez la palabra…

La foto pertenece al sitioArgentina indymedia

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