tecnología, educación y subjetividad

Los educadores, las tic y la màquina de impedir los cambios

Hay artículos que nos devuelven a las problemáticas más tradicionales de nuestro derrotero educativo, aunque estemos de vacaciones, preparándonos para un nuevo ciclo lectivo. Aníbal de la Torre sin ningún tipo de piedad, analiza el modelo educativo ¿Español?, con un diagnostico que nos recuerda los problemas diarios con los que no enfrentamos, en El verdadero problema del sistema educativo español. Las coincidencias en su diagnostico con el sistema educativo argentino son contundentes y el siguiente párrafo podría firmarse en cualquier instancia de por aquí.

“Luego el divorcio entre el modelo pedagógico-legislativo (apoyado por administración, Redes de Formación y sectores innovadores) y la realidad didáctico-editorial de las aulas (objetivos, contenidos, conceptos, procedimientos, actitudes, criterios de evaluación, etc.) ha estado servido desde los comienzos de la transición. Es decir, hemos tenido leyes constructivistamente paridas, con desarrollos normativos completamente conductistas…”

Exactamente es la declamación de constructivismo y las acciones reales del más llano conductismo, es el que ha llevado a muchos docentes a una verdadera esquizofrenia entre la teoría y la práctica.

Anibal de la Torre va a realizar su apuesta de solución en las Tic, pero dejando claro que las tic solas, dentro de un sistema que simula incluirlas no sirven:

“La razón es bien sencilla y tiene mucho que ver con el virus: los profesores se ven en la obligación de mantener las estructuras curriculares actuales a la hora de aplicar las TIC, y eso es tarea sencillamente imposible. Intentan que los alumnos sigan aprendiendo los conceptos marcados en los libros de texto ahora mediante ordenadores, lo que les lleva a una frustración inmediata: no encuentran materiales apropiados, el tiempo se convierte en la baza más importante, se dedican un curso o dos a producir sus propios e inútiles materiales…”

Allí es donde coincidimos plenamente con Anibal al centran las tareas en los objetivos, permitiendo un aporte real del profesor:

….Hay que romper completamente con los desarrollos curriculares actuales. Éstos deben estar formulados casi de manera exclusiva mediante objetivos y punto: las instituciones deben especificar los objetivos que deben alcanzar nuestros alumnos y el resto del desarrollo se debe construir de manera natural. Al perder mucho control la administración con esta idea, lo que debe de hacer es montar mecanismos eficaces de control sobre el grado de consecución de objetivos que están siendo alcanzados en cada uno de los rincones de nuestros Centros. Y no cabrá argumentar el tipo o clase social de alumnos que tenemos para justificar la ausencia de resultados; este análisis debe ser previo, es decir, como los alumnos que tenemos son estos, nos marcamos estos objetivos adaptados a ellos, pero los logros deben ser evaluados siempre en función de competencias profesionales. A lo mejor con un grupo de compensatoria se hace necesario construir un huerto escolar con una redacción paralela sobre lo que se ha hecho, pero los tomates hay que comérselos….”

Lamentablemente las formas en educación en todos los niveles, están por delante de los contenidos y de la innovación. Más allá de lo que se declama la educación quizás sea una de los sectores mas conservadores, que cambia en su formas, y apariencias, pero no cambia en lo fundamental. Los profesores que no quieren innovar encuentran una corriente favorable, mientras que los innovadores, chocan una y otra vez con lo curricular, en un desgaste constante, que encuentra un mensaje, de no cambio. Con las tics, esto se potencia porque el alumnado las maneja, innova, se las apropia y ve a los docentes muy por detrás, y en esa mirada también desvalorizan el conocimiento. Desde la empiria del mercado, el alumno muestra un uso y la respuesta del docente, esta encerrada en las normativas.

He vivido situaciones como profesor en la universidad, donde las reglamentaciones se tornaban inflexibles, ante los cambios, van como ejemplo algunas:

1) En el programa de una cátedra de la cual soy titular, incluyo un modulo sobre educación a distancia, con obviamente un dictado a modo de ejemplo del tema con Moodle. La secretaria académica me llama y me dice que la cátedra es prescencial y no a distancia, por lo que no puedo dictar de ese modo el modulo. Discutimos, hasta que me canse, y conociéndola de años le digo,

- tu problema es que se diga en el programa, entonces lo borramos y se dictarà igual, como lo hemos hecho cuando hablamos de foros de discusión. En lo formal dice que se dicta aùlicamente, en lo real los alumnos viven una experiencia de construcción de conocimiento en red. Sin embargo uno es conciente de que se aleja del reglamento, y que en ciertas circunstancias políticas, alguien puede recordármelo. ¿El objetivo?, parece poco importar a la burocracia del procedimiento.

2) En ciertas facultades se limita las paginas Web de los docentes, haciendo análisis de lo que publicara y de los enlaces de la Web. Paradójicamente un docente concursado, ya ha pasado por instancias de validación que le permiten libertad de cátedra. Los procedimientos para publicar en el sitio oficial son tan complejos que uno termina cortando por lo sano, y creando un sitio propio donde comparte el conocimiento y crece en red. La realidad entonces muestra fósiles web y dinámicos weblogs de docentes. Los alumnos agradecidos.

3) En casi todas las facultades se limita el uso de mensajeros (msn yahoo), va el argumento que los alumnos solo chatean en clase. Claro eso implica también bloquear los correos yahoo y Hotmail y todo uso de los recursos de modo didáctico.

La lista de ejemplos seria interminable por eso recomiendo leer la propuesta de Aníbal de la Torre, y mirarse en ese espejo y ver que refleja.

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Sin comentarios to “Los educadores, las tic y la màquina de impedir los cambios”

  1. Es interesante preguntarse, en el contexto que describe Aníbal y al que le agregás unas pinceladas de localidad, porqué cuesta tanto trabajo encontrarse para producir algo que no sea una huerta más en la infinita constelación de esfuerzos desperdigados por aportar a una solución compleja. Me resulta inevitable relacionar esta situación con aquella sentencia de Mafalda: Otro más del montón de los que no quieren ser del montón…

    La desolación no está hecha solamente de ausencias de interés y oquedades en los pibes o ejercicios interminables de burocracia procedimental en los funcionarios, hay algo roto de otro orden, que pareciera tener que ver con la paternidad/maternidad, con la pérdida de sentido social de la función en ese nivel.

    Nosotros -docentes- podemos hacer muy poco más que hablar de eso. Pero ¿y nosotros -padres-, podemos?

    Por mucho que pudieran modificarse aquellas cuestiones, ¿qué hacer cuando la madre de un pibe viene a pedirte -mintiendo- que lo dejes pasar? ¿Le tengo que explicar que educar es otra cosa? En todo caso eso es lo que yo creo, ¿y con qué derecho y en nombre de qué o de quién tengo que hacer valer mi posición de profe? ¿No se trata acaso de un problema que trasciende las puertas de la escuela? Algo de eso publiqué hace poco:
    http://danielkaar.wordpress.com/2007/01/03/%c2%bfpor-que-yo-deberia-tener-razon/

    Me parece que tenemos que seguir pensando el tema y esforzarnos por no perdernos en la parafernalia de la saturación tecnológica.
    un abrazo
    danielk

  2. Simon dice:

    Muy interesante el articulo español, creo que hay mucho de lo mismo en nuestro sistema educativo.
    Insisto en algo que vengo sosteniendo hace tiempo, es una cuestion de mentalidad, la tecnologia se hizo presente en nuestra vidad cotidiana de una manera abrumadora, celulares, mp3, ipods, mp4, camaras digitales, pendrives, computadoras de escritorio, pockets pc, hanhelds, etc., etc. Pero la mentalidad general no ha cambiado; los tiempos han avanzado y el mundo ha sido revolucionado, peor los viejos modos de pensar siguen dominando el mundo, un ejemplo que se discutido alguna vez en este espacio, apple y su negocio millonario de descargas legales; mientras las distintas riaa y mpaa insisten en combatir lo incombatible, o las grandes distribuidoras de software que gastan millones de dolares en el desarrollo de sistemas de proteccion que son crackeados, version tras version…
    Respecto de la educacion, es mas de lo mismo tambien, estamos en un pais donde la educacion es puesta en ultimo lugar de a lista de prioridades, donde los docentes no poseen sueldos dignos y mucho menos acceso a porcesos continuos de capacitacion y formacion; se siguen rigiendo por los modelos de hace miles de años.
    Y como dice Carlos, cunado alguien quiere innovar se topa con la burocracia, o peor aun, con la dinocracia, aquellos que tienen el poder pero no la idoneidad que se requiere en un momento tan tecnificado como el actual.
    Saludos!

  3. karpicius dice:

    Hola a todos:
    En realidad el tema es digno de una gran discusión, pero en este caso no me animo a opinar por no estar a la altura. Si en cambio quiero expresar lo siguiente, no creo que, el que un docente cobre mas, o digamos, de un modo digno, pueda hacer que nuestra educación de un salto de calidad en cuanto al dictado de contenidos. Si fuera que un docente va a hacer docencia mejor (lease en calidad) por cobrar mas, de la noche a la mañana, entonces ahí si, estaríamos en problemas.

  4. Alejandro:
    Coincido contigo en que el tema merece una discusión para la que muchos no reunimos suficientes jinetas. Sin embargo, estos espacios nos permiten pensar con otros, mientras tanto.
    La tarea docente no es diferente, en ese sentido, de cualquier otra actividad. Cuando trabajas, el reconocimiento más importante viene por vía de la remuneración. Es la llave para que empieces a pensar en mejorar. Y también lo que señala el verdadero compromiso que se espera de tu desempeño. Cuando el Estado es tu empleador (te contiene (lo hace?) como ciudadano, como parte integrante de él y como empleado, esta doble tensión embarra la discusión en el caso de los docentes: Vos educás a los hijos de otra gente y otros educan a tus hijos…. ¿qué hacés allí, si el docente de tu hijo es un cretino?…
    Por otra parte, en nuestra tarea, todos los años se nos suman responsabilidades frente a los alumnos, sin reconocimiento escalafonario ni en el sueldo, pero se nos pide un compromiso acorde con la tarea. El sueldo de un docente no alcanza para comprar libros o pagarse una computadora y conectividad a Internet. Ni hablar de asistir a congresos o seminarios reales o virtuales ¿Cómo harías eso teniendo treinta y dos horas semanales frente a diferentes cursos?. El horizonte de un docente es el sábado a la tarde… El maltrato se naturaliza, y no hay, frente a uno, un responsable concreto con quien discutir y muy pronto te gana la sensación de que todo eso es tierra de nadie. En la jerga sindical es normal escuchar una sentencia que lo dice todo: Ellos hacen como que nos pagan y nosotros hacemos como que trabajamos…
    Por el otro lado, normalmente no hay puniciones, hagas lo que hagas o digas lo que digas (pedagógicamente hablando, frente a los alumnos), de manera que la docencia es un espacio que se ha ido llenando de gentes de lo más variopinta, camoufladas de docentes. Desde la perspectiva del poder (tanto el Estado como los sindicatos), este cuadro te lo venden como de seguridad laboral: nunca vas a ver un docente echado a la calle por inepto y lo que no consigas por derecha, lo vas a lograr si tenés contactos, por izquierda. En los niveles superiores al de docente raso, también campean muchísimos ineptos devenidos funcionarios por obra y gracia de los favores políticos y a los que por mera exageración literaria se les llama inspectores, coordinadores zonales y ese tipo de pomposidades.
    Me parece que en este tema, no es posible ni generalizar ni simplificar. Pero -aun sin las jinetas suficientes- necesitamos meternos. Es un enorme embrollo al que también hay que sumar la complicidad de la sociedad no docente… Demasiado para mí, hoy.
    Un saludo cordial desde Traslasierra
    danielk

  5. karpicius dice:

    Dani:
    En realidad, tenés razón, hay que meterse, pero aclaro las cosas antes; para que mis palabras no sean tomadas con tinte académico, sino como aportes constructivos nada mas.

    En realidad es verdad, se complica al separar labor docente con remuneración docente. Pero mi comentario apunta (y no de un modo general) a que separemos las cosas.

    Creo en la objetividad de que una situación no modifique a la otra. Que un docente cobre más, no signifique que enseñe mejor.

    Significará sí, que tenga acceso a más recursos, capacitación, a que demuestre mayor interés en incorporar nuevas didácticas, nuevas tecnologías, a que se sienta como tu bien dices, contenido. Pero tampoco es justo que esa capacitación, salga solo del bolsillo del docente; que esa contención sea algo más que un sueldo adecuado.

    Pero perdón si me repito mucho, más sueldo no es mejor enseñanza a mi entender, no es un mejor docente el que espera el aumento para enseñar mejor. Es un tema lleno de matices, tampoco es justo que un docente trabaje 32 horas para poder vivir (o intentar) dignamente y además capacitarse o intentar nuevas cosas, puesto que los hay, también existen de los otros que todos conocemos.

    Anibal en un pasaje del artículo nos dice “…hemos tenido leyes constructivistamente paridas, con desarrollos normativos completamente conductistas……” y con eso también hay que convivir.-

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